BRAULIO Gómez* : "El próximo domingo se celebrarán las octavas elecciones de la España democrática. Tradicionalmente en este tipo de elecciones, la participación es más baja que en las elecciones generales, los dos partidos más grandes, PSOE y PP, reciben menos votos que en las legislativas y consiguen representación en los ayuntamientos algunos partidos muy pequeños que no tienen cabida en el sistema de partidos que disputa el gobierno central. Hay diversas circunstancias que dan personalidad propia a las elecciones municipales, como las de 1995 que sirvieron para castigar al gobierno central del PSOE y dar por primera vez en su historia la victoria al PP. Pero el contexto político que puede hacer de las elecciones del domingo unas elecciones especiales no tiene que ver con la agitada política nacional, sino con un problema local que ha calado de forma profunda y novedosa en la opinión pública, la complicidad de los ayuntamientos en la corrupción urbanística tanto en Andalucía, como en el resto de España.
En el Barómetro de Opinión Pública del IESA-CSIC, de enero de este año, la mayoría de los andaluces pensaba que su alcalde podría haber gestionado de forma irregular el desarrollo urbanístico de su municipio y más de 80% tenía la impresión de que la corrupción asociada a la planificación urbana afectaba a muchos o bastantes ayuntamientos de Andalucía. Esta percepción generalizada de que los ayuntamientos no han sido capaces de parar los pies a los promotores y a los constructores sin escrúpulos ha generado una desconfianza en la ciudadanía que según las encuestas podría influir en el resultado electoral del domingo. En el mismo Barómetro, los ciudadanos que percibían corrupción en la gestión del suelo de su ciudad tendrían más probabilidades de no apoyar a su alcalde que aquellos que desconocían cualquier relación entre sus representantes locales y la corrupción urbanística.
Los periódicos nacionales y locales han cubierto de forma extensa este nuevo fenómeno, sobre todo desde la disolución del ayuntamiento de Marbella. Incluso, alguno ha creado una nueva sección titulada escándalos urbanísticos. No es de extrañar que la campaña electoral de Zapatero haya elegido como tema transversal estrella que le sirve en todo el territorio nacional la tolerancia cero contra la corrupción urbanística. La pena es que ni su partido, ni el resto de partidos, se han tomado en serio su solemne firmeza y han colado en algunos municipios a candidatos sospechosos e imputados en casos de corrupción urbanística. Atrás quedaron los decálogos, promesas y buenas intenciones que surgieron tras el escándalo de Marbella.
Este domingo, por primera vez, la ciudadanía va a tener que decidir su voto no sólo contando con su ideología, con su simpatía partidista, con su valoración de la gestión local o de los candidatos, sino que tiene otra dimensión que podría prevalecer en su voto, políticos corruptos frente a políticos honrados. Ahora depende sólo de los ciudadanos demostrar que la tolerancia cero es una demanda intensa de la ciudadanía. Porque una vez que hay suficiente información sobre determinadas conductas ilícitas por parte de algunos representantes locales, no se podría explicar que renovara su mandato algún alcalde cuyas conexiones con los constructores corruptos son de dominio público. O sí que se podría explicar, todos los pueblos tendrían al alcalde que se merecen.
* Politólogo
* Diario Cordoba - 25/05/2007
¿Las elecciones de la corrupción?
en
26.5.07
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: ARTÍCULOS URBANISMO
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