SUR/MÁLAGA* : "La mayoría de los marbellíes no quieren ni oír hablar de demoliciones. Casi el 60% de los vecinos de la ciudad se opone a que haya derribos de viviendas ilegales, y un 25% las admitiría con reservas. Sólo el 11,5% quiere que se echen abajo todos los inmuebles infractores, tres veces menos de los que rechazan de plano cualquier tipo de destrucción. Este es el resultado que refleja una encuesta de Sigma-Dos realizada para SUR durante esta semana a tres meses de las elecciones municipales.
Los resultados del sondeo son claros en relación con la opinión de los vecinos de Marbella sobre uno de los temas más espinosos que debe abordar la ciudad. La caja de los truenos se desató cuando la Junta de Andalucía solicitó al TSJA la ejecución de siete sentencias que afectan a 334 viviendas ilegales. Serían las primeras de los cinco mil inmuebles sobre los que pesaría esta espada de Damocles. Sin embargo, el Ejecutivo andaluz ha ido matizando su postura, ya que el propio presidente, Manuel Chaves, dijo que habría que tener en cuenta los derechos de los compradores de buena fe. El candidato del PSOE, Paulino Plata, también se ha desmarcado del planteamiento inicial, al comentar que tirar las viviendas no es la única solución. La gestora ha manifestado oficialmente por escrito al tribunal que no es partidaria de las demoliciones, y apuesta por las compensaciones de suelo. Este asunto será, sin duda, uno de los que genere más polémica en la campaña electoral, debido a que el PP también se opone a arrasar las construcciones afectadas.
La encuesta pone de manifiesto que los marbellíes coinciden con estas posturas, ya que en general no son partidarios de las demoliciones, y que de ellos la tercera parte no lo es en ningún caso. Uno de cada cuatro consultados considera que lo mejor es no tirar los edificios y que los infractores compensen al Ayuntamiento para obras públicas.
Asimismo, un 14,5% de los consultados considera que debe haber intervenciones, pero sólo en los casos más graves (como la ocupación de zonas verdes o suelo reservado para equipamiento público), y un 11%, sólo de aquellas viviendas que no estén habitadas.
La postura de que no debe haber derribos en ningún caso es mayoritaria entre los votantes de todos los partidos, aunque adquiere más fuerza entre quienes reconocen haber votado al GIL en las últimas elecciones (49,1%) y entre los votantes del PP (44%).
Mayores de 65 años
Asimismo, el rechazo a los arrasamientos aparece con fuerza en todos los sectores de la población, incluso entre los más jóvenes. Un 30% de los vecinos con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años ha respondido ante la consulta que no deben destruirse viviendas en ningún caso. No obstante, el mayor rechazo se produce entre los más mayores, los de más 65 años, entre quienes la oposición en cualquier caso asciende hasta el 47%.
Los partidarios de acabar con todos los inmuebles ilegales se encuentran principalmente entre los votantes de otros partidos (ni PSOE, ni PP ni GIL), mientras que quienes opinan que sólo se debe actuar en los casos más graves, están principalmente entre los votantes socialistas y de otros partidos. Los favorables a las compensaciones se encuentran tanto entre los votantes del PSOE como del Partido Popular.
DIARIOSUR /MÁLAGA - Sábado, 24 de febrero de 2007
Foto:BANANA BEACH. Vista de algunas viviendas afectadas por la posibilidad de ser demolidas/ JOSELE-LANZA
Los vecinos contrarios a los derribos en Marbella triplican a los partidarios
en
24.2.07
por UrbanismoPatasArriba
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Tema: NOTICIAS Andalucía
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1 comentarios :
Al final todas las salvajadas urbanísticas se legalizarán, como siempre.
Pasará en Marbella como antes ha ocurrido en muchos otros sitios.
A todos se les llena la boca diciendo que hay que dar ejemplo y hacer valer LA LEY. Pero, luego, no se atreven a llevarlo a cabo. Ni los que gobiernan (demagogia) ni los gobernados (complicidad).
Todos son cómplices, de alguna manera, de un sistema perverso que premia al infractor y al "listillo" que se salta las normas. Porque no olvidemos que lo que está en juego es el interés general urbanístico y el bienestar de una población, con sus equipamientos públicos y sus zonas verdes. Así que, aquí, sale perdiendo todo el mundo (menos los infractores). Y, por supuesto, las generaciones futuras que se encontrarán con un territorio caótico ya utilizado y una escasez de recursos para desarrollar sus posibilidades.
De todas formas, hay que decir que la encuesta parece poco clara y con preguntas dudosas. Porque siempre hay que ofrecer más datos y dar alternativas. No todo es derribo o no derribo. Es un problema de imaginación.
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