
Ese compromiso llevó al artista sevillano a construir gradas de cara a las fachadas para su contemplación. Al menos, se dijo, los vigueses podrán sentarse y observar lo poco que quedaba de su historia. De paso, aprovechaba y le daba la espalda a los vehículos, sustitutos ahora del agua. El mar de otros tiempos lo invocó a través de un estanque.
La restauración de la plaza fue inaugurada el 12 de abril del 2002, diez años después de fraguarse el proyecto. Transcurridos ocho años del estreno, lo único que se advierte desde las gradas es un montón de ruinas o, como dijo un político local recientemente, una especie de decorado del Oeste. Algunas de las viviendas han sido compradas por empresarios vigueses y ourensanos, que las mantienen en ruinas. El estanque, símbolo de la playa de antaño, fue eliminado poco después de su construcción para evitar que las gaviotas hicieran en él sus necesidades. El concejal de Patrimonio Histórico ha dado un ultimátum: «Por las buenas o por las malas se solucionará este año». Está dispuesto a recurrir a la expropiación para recuperar la memoria.
* La Voz de Galicia - 13.03.2010
Foto: lavozdegalicia.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario