
Pero no se trata solamente del puñado de aprovechados ahora citados al juicio del 'caso Malaya'. La historia reciente del hotel Los Monteros da una buena idea de con qué ideas aparecían por la ciudad los especuladores revestidos de un manto de respetabilidad. A lo largo de los años, sus sucesivos propietarios fueron haciendo caja al tiempo que segregaban el campo de golf, después el club hípico, los bungalows, el club de tenis y finalmente el club de playa.
Hace unos meses, cuando el hotel llevaba más de un año cerrado y perdido en un laberinto judicial, otro empresario comenzó a tocar puertas primero en el hotel, después en los sindicatos, en las instituciones y hasta en los bancos. No quería especular, ni convertir al edificio en un bloque de apartamentos, ni hacer adosados en el club de playa. Quería reflotar el hotel. Sólo contaba con su entusiasmo y el aval y la experiencia de su socio. Los esfuerzos dieron su fruto, y una sentencia de un juzgado mercantil de Málaga permitió que Los Monteros volviera a la actividad.
Este empresario murió el lunes. Tenía 65 años y lo mató una enfermedad fulminante. Por sólo 24 horas no pudo ver el resultado de su esfuerzo. Se llamaba David Blattnerd. Posiblemente algún día, cuando se mencione a los empresarios de Marbella se hable de gente como él.
* SUR - HÉCTOR BARBOTTA - 12.08.10
Foto: Marbella - urbanismopatasarriba
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