
"No nos consideramos okupas. Al menos en el sentido peyorativo que le han dado a esa palabra los medios de comunicación", dice Lucas. Se declaran "simples ciudadanos cabreados" por el problema de la vivienda. En su mayoría son jóvenes, y, como la mayoría de los integrantes de su generación, acumulan un largo peregrinar por pisos de alquiler sometidos a precios desorbitados y a los excesos de propietarios que no respetaban ni la duración de los contratos. Lo que les diferencia del resto de los jóvenes de su misma edad es que ellos han decidido dar un paso más.
Niegan que estén cometiendo una ilegalidad, o al menos no son conscientes de ello. "No es un problema de legalidad, sino de legitimidad. Lo ilegal es dejar que las fincas se degraden y permanezcan vacías o semivacías durante años", afirma Víctor, otro de los integrantes de esta red ciudadana. "El propietario del primer edificio en el que entramos, en la calle de Magdalenes, quería hacer un hotel. Pero desde que lo habitamos nosotros ha tenido que dar marcha atrás", añade Víctor.
PHRP quiere crecer con más gente y nuevos edificios ocupados en Ciutat Vella, un distrito que consideran paradigmático de los "abusos urbanísticos" y de la "especulación" en Barcelona. Lucas dice que han decidido salir del anonimato aprovechando el aniversario de la Constitución: "Veintinueve años después, empezamos a hacer efectivo el derecho fundamental a la vivienda", dice.
* ELPAIS.com - JAUME BAUZÀ - Barcelona - 06/12/2007
Foto: VdeVivienda, manifestación Barcelona - cartel 2006
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