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La situación preocupa al gobierno local -ahora formado por BNG y PSOE, y del PP cuando se aprobó el documento urbanístico-, que, aunque manda un mensaje de tranquilidad porque va a recurrirse el fallo, es consciente de las consecuencias que pueden avecinarse.
De hecho, si el órgano judicial ratifica su sentencia, habrá dudas sobre el futuro de las 1.500 viviendas a las que se les dio licencia desde que el planeamiento urbanístico entró en vigor. El secretario municipal indicó que, salvo que se buscase alguna solución, estas casas quedarían fuera de ordenación. Eso significa que sus dueños solo podrían hacer obras de mantenimiento y conservación.
Asimismo, la construcción sufriría un varapalo. Habría que echar abajo varios proyectos urbanísticos de importancia que están en marcha en el municipio al amparo del plan urbanístico en vigor y, posiblemente, las licencias también tendrían que darse a cuentagotas hasta que hubiese unas nuevas normas.
Precisamente, el gobierno local, que en su momento votó en contra de este Plan Xeral, señaló que está en marcha la revisión del documento, a pesar de que se calcula que ese proceso se demorará unos tres años.
Aunque desde el Concello de Boiro creen que el documento «ten moitos fallos», aseguran que la falta del informe de Patrimonio no fue culpa de sus predecesores, sino de la Xunta, que fue la que no emitió el dictamen, pese a que el Ayuntamiento lo solicitó. Este hecho no viene recogido en la sentencia, donde lo que se explica es que no existe informe, que la Delegación Provincial de Cultura advirtió de ello con el plan aprobado, y que el Concello no compareció en este proceso judicial.
Dado que el fallo no es firme, el Concello seguirá concediendo licencias de obra como hasta ahora.
* La Voz de Galicia - María Hermida - 9/2/2008
Foto: Boiro (A Coruña), Escarabote - edu.xunta.es