A Coruña.- Urbanismo de territorio comanche

El Urbanismo salvaje que se ha extendido en los últimos años como una mancha de aceite por todo el territorio español, tuvo sus orígenes en la explosión demográfica de los años sesenta y la permisividad de unas leyes que, en pleno franquismo, destrozaron el paisaje urbano de muchas ciudades del país. Así ocurrió en A Coruña con el Plan General de 1969 que permitió unas alturas sin precedentes creando una mezcla de volúmenes difíciles de digerir. El Ayuntamiento actual del PP, lejos de corregir esos errores, los reafirma indultando y ofreciendo una salida fácil para su regularización en los casos que están fuera de ordenación, sin preocuparse del desastre urbano causado y de la opinión de los propios vecinos que, claramente, están en contra.
"LAOPINIÓN* : Pescadería y Ensanche no son lo que eran ni lo que hubiesen podido ser, rota su excelencia y su armonía por la permisividad y la obsesión por el progreso, en una época en la que tal palabra era sinónimo de alturas, de mamotretos y de desdén por la importante historia arquitectónica residencial coruñesa en siglos anteriores. Hace cuatro décadas, estos barrios se convertían en territorio comanche, al amparo de leyes municipales cuyas muescas marcan, casi nunca para bien, un paseo por sus calles.

El nuevo plan especial del casco histórico se preocupa de estos inmuebles perfectamente reconocibles. De hecho, les ofrece una regulación específica para ellos y acepta la excesiva altura y volumen con los que fueron concebidos, indultándolos, en algunos casos, de situaciones de fuera de ordenación.

El catedrático de Geografía Urbana de la Universidade de Santiago, Andrés Precedo Ledo, fija con precisión cuál fue el pistoletazo de salida sin marcha atrás: el plan general de 1969, que aumentó el número de alturas que podían tener los edificios. Así lo escribe en su obra La Coruña, metrópoli regional, considerando que dicha normativa urbanística puso en marcha "un proceso especulativo de destrucción de la ciudad". El mismo año se abría el primer estacionamiento soterrado del municipio (plaza de Vigo) y cinco años después se inauguraba el primer rascacielos. En la aprobación "incomprensible" de esta norma, según el catedrático, reside el casi imparable deterioro del centro, principalmente de la Pescadería y del Primer Ensanche. Las tipologías tradicionales con galerías eran sustituidas por torres de nueve o diez pisos, con mayor o peor fortuna en su diseño, que fueron salpicando conjuntos históricos en algunas calles o incluso fagocitándolos e imponiéndose como especie imperante en otras.

El Plan Especial de Protección y Reforma Interior de Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri), tras los cambios de última hora añadidos por el Gobierno local para su aprobación definitiva en enero, les ofrece una norma propia dentro de la norma, que les otorga excepcionalidad en medio de un entorno protegido, estén en Ciudad Vieja, Pescadería, Ensanche o As Atochas. Le han dado también nombre, las Áreas Urbanas Renovadas, hechas para "permitir que zonas muy consolidadas de los años setenta" puedan ser incluidas, según explicó en la presentación del plan el concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado.

¿Dónde se ubican? Por todo el ámbito Pepri. Están, por ejemplo, en toda la estructura paralela de calles hacia paseo marítimo desde Durán Loriga, pasando por San Andrés, Cordelería y Comandante Fontanes, incluidos los grandes rascacielos con los que se cierra su unión con la plaza de Pontevedra.

También por la parte de Pescadería más próxima al casco histórico, con ejemplos que el Pepri señala en vías como la Galera o los edificios de vivienda de Torreiro. Otro de los núcleos de AUR dentro del ámbito del plan especial del casco histórico es la calle Orillamar. Queda enmarcada ahí la zona de Pelamios (entorno de la Escuela de Artes y Oficios Pablo Picasso) y el conjunto de viviendas que baja desde la avenida de Metrosidero hasta el paseo (Veramar).

El Pepri considera a todos estos edificios "excepciones tipológicas" en su entorno, áreas "renovadas" autorizadas por los ordenamientos urbanísticos anteriores, que se fueron endureciendo, aunque no al nivel de otras ciudades españolas, con la llegada de la democracia y el fin del relajado y desmesurado espíritu urbanístico imperante en los sesenta y setenta.

Otro de los edificios que quedan amparados como AUR es uno de los cambiazos urbanísticos de mayor recuerdo para la ciudadanía coruñesa: la mole acristalada que sustituyó a la desaparecida iglesia de San Francisco, frente al Banco de España en la calle Juana de Vega, que tiene más inmuebles (como el de la esquina en la calle Compostela) en la misma situación.

Asimismo, los grandes edificios del Cantón, ese frente de altura regulada a partir del nacimiento del Banco Pastor, figuran como AUR, así como el edificio de R. Las fundaciones que allí se ubican, así como otras entidades de la misma naturaleza en el ámbito (calle Fama, Hércules Ediciones....) suprimen su calificación de equipamientos. Esto hace, según el BNG, que puedan volver, llegado el caso, a su función anterior, incluido el de vivienda (uso y venta).

La novedad principal para estas AUR es que el artículo que las regula, el 146 bis, recoge que la regulación de su volumen queda definida por la ocupación y altura que tienen en la actualidad y para la que obtuvieron licencia, lo que regulariza algunas de estas construcciones que estaban condenadas al fuera de ordenación precisamente condicionadas por lo desmesurado de su tamaño. Sí que tendrían que adaptarse, según la normativa, a la estética urbana y a los usos que se fijan en el plan especial. No se permiten las agregaciones ni segregaciones de parcelas pero sí las "uniones funcionales" entre edificios, solo si no están catalogados o, estándolo, se encuentran en los tres niveles más bajos de protección.

Reunión con ausencias

El Gobierno local defendió ayer el proceso de participación en el plan especial, después de que la asociación vecinal de la Ciudad Vieja plantase a los responsables de Urbanismo al entender que no se les había hecho partícipes de la tramitación del documento. Sí fueron los de Ensenada del Orzán y los de la asociación de vecinos y comerciantes de Monte Alto. En el caso de este barrio el Concello no invitó a la asociación mayoritaria de la zona, crítica con el Ejecutivo. Señala que se le presentará la nueva versión del plan, que espera aprobar en un mes y ya sin posibilidad de alegaciones, a diversos colectivos.


* La Opinión Coruña - Ana Rodríguez - 16.12.14
Foto: A Coruña, caos urbanístico - laopinion

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