Las infraestructuras más inútiles de Cataluña

ELCONFIDENCIAL* : Ahora que el conseller de Economía Andreu Mas-Colell está preparando su nuevo presupuesto para la Generalitat y dejará al neófito conseller de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila, un año más sin capacidad de inversión, parece un buen momento para analizar cuáles han sido las cinco infraestructuras más inútiles que se han construido en la historia reciente en Cataluña.
Esta comunidad no se libró de una política de obras públicas secuestrada por los intereses de la grandes constructoras. Sí, las mismas que ahora lloran en privado porque la falta de licitación por parte de la Generalitat este pasado año las dejará en 2013 mano sobre mano. Aquí va el ranking de los mayores despilfarros en el campo de las infraestructuras de la Comunidad catalana. Aviso a los lectores con problemas cardíacos. Las cifras pueden producir vértigo y afectar a su sensibilidad.

1. Estación del AVE Camp de Tarragona. Como el AVE pasaba por Lleida nadie tuvo narices decirles a la gente de Tarragona que no podían tener AVE. ¿Solución? Construir un apeadero en medio de ninguna parte y ponerle de nombre Camp de Tarragona. Poco importa que se encontrase a 11 kilómetros de Tarragona, la ciudad que supuestamente conecta y que para ello se tuviera que cambiar el trazado del AVE tres veces, en lo que se refiere a su paso por Cataluña.

El ministro de entonces, Francisco Álvarez Cascos se dejó buena parte de su moral y su salud en el proceso. Para los que piensen que se gastó mucho hay que recordar que la Generalitat de entonces quería un total de seis estaciones de AVE en Cataluña, incluyendo Vilafranca del Penedès y el aeropuerto de El Prat.

Inversión:400 millones. Incluyendo los 55 millones de la estación propiamente dicha y el resto para desviar el trazado de lo que hubiera sido su ruta natural.

Pagano:Ministerio de Fomento.

Situación actual: Hasta 2011 la han usado hasta 5 millones de pasajeros. Menos de un millón de pasajeros al año. La razón: los pasajeros prefieren para ir de Tarragona a Barcelona en las líneas convencionales, que al menos dejan en el centro de las dos ciudades. Hay problemas con las conexiones de taxis y autobuses a causa de su mala ubicación.

2. Estación del AVE La Sagrera. Barcelona no puede ser menos. Si París tiene dos estaciones de AVE, la capital catalana, también. La Sagrera nació como un proyecto para soterrar las vías a costa de un pelotazo inmobiliario que iban a pagar las constructoras. Al final las inmobiliarias se descolgaron del proyecto porque les había pillado el estallido de la burbuja y el proyecto ha continuado a pulmón a cargo del erario público, con la justificación de que es una manera de aprovechar el túnel que llevará el AVE desde Barcelona hasta París. Aunque por ahora este trayecto no es posible y el AVE a Figueres es definido por el economista especializado en el tema Germà Bel como “un regional de lujo”. En cambio todos los partidos catalanes la consideran una obra imprescindible. El que haya otra estación de AVE plenamente operativa en Sants parece un dato irrelevante.

Inversión: 813 millones. No incluyen los edificios de viviendas.

Pagano: El Ministerio de Fomento es el principal. Asume 613 millones de euros de la primera fase. Además el propio Ministerio participa en el denominado Consorcio Sagrera Alta Velocidad, junto con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Este consorcio invertirá otros 200 millones en la arquitectura interior y las instalaciones de la estación.

Situación actual. En obras. La inversión arrancó en 2011 y se prevé que esté lista en 2016 pero con los actuales recortes no habría que descartar retrasos en este calendario. El principal promotor del despropósito es el Ayuntamiento de Barcelona, que siempre han querido utilizar la estación como una manera de dinamizar esta área urbana de la ciudad y aprovechar el soterramiento de las vías como una solución urbanística a un espacio muerto.

3. Carril BUS-VAO de la C-58: Esta vía de dos carriles para vehículos con varios pasajeros que une la Meridiana de Barcelona con la localidad de Ripollet fue uno de los proyectos estrella del gobierno tripartito de José Montilla y lo debían ocupar líneas de autobuses rápidas y vehículos con más de tres pasajeros. Iba a ser ecológico, práctico y serviría para descongestionar las entradas y salidas diarias de la capital catalana.

Inversión: 80 millones de euros.

Pagano:Generalitat de Cataluña

Situación actual. Fracaso rotundo. Tanto que la Generalitat ya ha anunciado que va a permitir el tránsito de turismos con sólo dos ocupantes ya que la autopista paralela seguía atiborrada en horas puntas, mientras los conductores veían con indignación el bus-VAO al lado vacío. Antes de cambiar la normativa se calculaba que sólo 2.000 vehículos viarios utilizan esa vía.

4. Aeropuerto de Alguaire: En plena alta montaña de Lleida se pensó un aeropuerto para traer turistas extranjeros a las estaciones de esquí catalana. Como todos los proyectos diseñados en la época de vacas gordas ha resultado excesivo para lo que luego ha logrado. Fue inaugurado por José Montilla. En tres años ha operado más de 6.300 vuelos, muy por debajo de lo que precisa esta infraestructura para ser rentable.

Inversión: 95 millones de euros.

Pagano:Generalitat de Cataluña.

Situación actual: En tres años ha tenido 115.000 pasajeros. Un promotor catalán, Air Hoster, anunció que crearía un aparcamiento para aviones que supondría una inversión de 3 millones de euros pero el proyecto todavía no se ha concretado.

5. Autovía A-14. Conecta el aeropuerto de Alguaire con la localidad de Almenar. También es conocida como “autovía hacia ninguna parte” porque en este momento no está prevista su prolongación ni por el norte ni por el sur. Son, literalmente, siete kilómetros que no llevan a ningún sitio.

Inversión: 37,6 millones de euros.

Pagano: Ministerio de Fomento. En mayo del año pasado el Ministerio justificó su apertura para evitar el deterioro y carreras de coches ilegales.

Situación actual. No hay fecha de la prolongación ni hacia la Vall d’Aran ni hacia Aragón. El actual clima de incertidumbre en la inversión pública no augura nada bueno, si bien una vez ejecutada la totalidad de la obra podría servir para oxigenar la saturada N-230.

Conclusión: en Cataluña se ha gastado como en el resto de España en lo que a obra pública se refiere. Y como demuestra La Sagrera, los catalanes no hemos aprendido gran cosa de esta crisis. Curiosamente, quien más ha malgastado ha sido el Gobierno central, en operaciones que siempre han sido jaleadas por los partidos y la administración catalana. Por suerte Cataluña es vecina de la Comunidad Valencia… así que siempre hay alguien al que mirar por encima del hombro.


* El Confidencial - Marcos Lamelas - 17.2.13
Foto: Tarragona, estación AVE - elconfidencial



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Otro aeropuerto sin aviones

ELPAÍS/Murcia* : Antonio Sánchez Hernández utiliza la lógica aplastante del campo. “Imagino que lo abrirán para luego cerrarlo”, afirma mientras señala lo que los carteles llaman el “Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia”. Antonio, de 72 años, marmolista jubilado y agricultor en sus ratos libres, riega sus 20 fanegas de tierra para intentar salvar la cosecha. El aeropuerto que señala al otro lado de la carretera es un edificio gris con láminas de acero inoxidable. Es bonito y dicen que ha ganado premios de diseño. No se puede entrar, solo ver los matorrales que asoman entre la pista, el aparcamiento vacío, la torre de control sin estrenar. Ni un vuelo comercial ha aterrizado aquí, entre almendros y frutales, pese a que la instalación, que ha costado 266 millones de euros, lleva un año terminada. A la lista del bochorno, aeropuertos sin aviones —Castellón, Ciudad Real, Huesca...—, se suma el de Corvera, con menos publicidad y sin haber sido inaugurado.

Murcia iba a ser Florida. O mejor, California. En la burbuja, proliferaron los resorts —miles de viviendas y campos de golf— cerca de la costa para atraer británicos. El Gobierno regional, del PP, se sumó a la fiesta. El dinero parecía no ser un problema. Así nació la autopista de peaje Cartagena-Vera, que recorre 100 kilómetros de costa casi virgen para dar servicio a las futuras urbanizaciones. Después iba a ir Marina de Cope, un megacomplejo en un parque natural. La guinda era un aeropuerto privado para atraer enjambres de turistas. Al presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, no le bastaba con el gran aeropuerto de Alicante, a 75 kilómetros de Murcia. Ni con el uso parcial de la base militar de San Javier, en Murcia.

Por eso en 2006 adjudicó a un consorcio liderado por Sacyr la construcción de este aeropuerto. “Es único porque no ha constado un euro público y la titularidad es de la comunidad”, cuenta en su despacho el director general de Transportes, Antonio Sánchez-Solís. A la entrada de la consejería hay una gran maqueta del aeropuerto. Y frente al despacho del consejero, otra.

En 2008, al comenzar las obras, pronto se vio que nada iba según lo previsto. “Entonces cae la financiación bancaria y el concesionario encuentra dificultades, se bloquean las negociaciones con las entidades financieras, y la comunidad autónoma lógicamente acudió en auxilio del concesionario avalándole. Eso no supone que haya puesto una peseta”, cuenta Sánchez-Solís.

El “auxilio” fue un aval de 200 millones de la comunidad al proyecto. Lo introdujo el PP en una enmienda a los presupuestos de 2010 y así ligó su destino al de la obra. Si la concesión quiebra, los bancos —Caixabanc, Espirito Santo, Caixa de Tarragona, Caja Segovia, Cajasol, el ICO y la Caja de Tarragona— exigirán 200 millones a una comunidad endeudada y que en 2012 tuvo que pedir 527 millones al Fondo de Liquidez Autonómica. “Era el momento de dejar caer la obra y no habría pasado nada, pero Valcárcel se empeñó en seguir”, dice una fuente conocedora del plan que exige anonimato.

Con el aval de la comunidad fluyó el crédito y las obras volvieron a coger ritmo. Acabaron hace un año, según fuentes del proyecto, aunque no hubo corte de cinta ni cava. La imagen de los fiascos de Castellón y Ciudad Real sobrevuela Murcia. Ningún político lo inaugurará sin un avión. “Está en fase de equipamiento y faltan algunas autorizaciones”, matiza el responsable de transportes autonómico, quien no da fecha para su apertura: “Sería imprudente”. La hemeroteca está llena de anuncios con la próxima apertura del aeropuerto.

El principal problema es que, a 35 kilómetros, el Ministerio de Fomento acaba de invertir 70 millones en mejorar el aeropuerto de San Javier. AENA, la sociedad encargada de gestionar la parte civil, construyó entre 2004 y 2011 una nueva terminal, otra pista y una torre de control. Y exige que la comunidad o el aeropuerto nuevo se los paguen. “Ni la comunidad ni el concesionario tienen ese dinero. Lo que pueden hacer es traspasarle esos activos al Ministerio de Defensa”, cuenta una fuente del proyecto.

La situación es endiablada: un aeropuerto nuevo de 266 millones que exige que cierre otro, público, que está a 35 kilómetros y en el que se acaban de invertir 70 millones que nadie puede compensar. “Valcárcel se empeñó en tener su aeropuerto cuando sabía que AENA estaba invirtiendo en San Javier. Dijo que triplicaría la llegada de turistas y no hay nada”, critica Begoña García Retegui, portavoz socialista. En Murcia se esgrime el agravio respecto a Alicante. “Murcia ha sido tradicionalmente muy castigada en materia de comunicaciones. La autovía del Mediterráneo paraba en Alicante, hasta hace poco no tenía una autovía con Madrid y no hay red de tren desdoblada. Y eso que es una región turística”, alega Sánchez-Solís. El Gobierno de Murcia insiste en que no será otro aeropuerto sin aviones. Valcárcel ha dicho que no es un aeródromo “para pasear”, en alusión al de Castellón, que se hizo “a mayor gloria del padre de la nena” —dardo contra Carlos Fabra y su hija Andrea—.

Pese a que la comunidad afirma que todo está en orden y no hay ningún riesgo con el aval, pasan los meses y los accionistas se inquietan. Junto a Sacyr —que cuando se lanzó la obra presidía el murciano Luis del Rivero— hay en el capital empresas de Murcia (El Pozo y Cementos Cruz), bancos (CAM y Caja Murcia) e Inmobiliarias (Montoro e Hijos e Inprisma). Cada una de estas tiene una participación que ronda el 6%, pero algunos empiezan a cansarse de pagar intereses y no tener fecha de apertura. Montoro e Hijos ya ha pedido salir del accionariado, según la empresa.

Incluso si AENA acepta cerrar el aeropuerto de San Javier, quedarán nubarrones. Los números con los que se montó el negocio son hoy más que dudosos: el tráfico de pasajeros en San Javier ha bajado de dos millones en 2007 a 1,2 en 2012. Si Corvera absorbiera todo el tráfico de San Javier no llegaría a los 5,2 millones de pasajeros en 2015, como preveía el contrato. “Si abre, habría que dar ayudas públicas inmediatamente, como se ha hecho con las autopistas de peaje. Además, se habría cerrado el aeropuerto público”, cuenta una fuente en la trastienda de la operación. La concesionaria no comenta la situación, aunque hay quien recuerda que renegociar las condiciones de la concesión es una práctica habitual.

Ajenos a las negociaciones entre Sacyr, AENA y la comunidad, en la zona cunde el desánimo. Los dueños del terreno denuncian que solo han cobrado una parte mínima de la expropiación. Ascensión Noguera está entre los 90 dueños afectados: “Estoy pagando una hipoteca por la tierra de limoneros que compré con toda la ilusión y ahora no hay nada”. Al menos, cuenta, ella trabajó en la construcción del aeropuerto. Está pendiente de los cursos de formación de personal, pero se retrasan una y otra vez.

Antonio Sánchez, el agricultor, vuelve a mirar a su alrededor y diagnostica: “No hay un duro. El dinero se ha ido. En ese resort hay 1.500 casas y viven 20 familias. Los extranjeros se han cansado de que les engañen”. Habla sonriendo, pausado, sin rencor, pero cada frase es un mazazo: “El aeropuerto no hacía falta, pero se han equivocado todos. Lo que teníamos que hacer en treinta años lo hicimos en menos de diez. Mi hija es profesora y en su escuela no tienen ni para el gasoil de la calefacción. El único avión que veré aquí será este pívot”. Y señala los tubos del sistema de regadío aéreo que pasan sobre su cabeza.

La autopista Cartagena-Vera está en concurso de acreedores y la ley que permitía la megaurbanización de Marina de Cope en un parque natural en la costa ha sido anulada por el Constitucional. ¿Se salvará el aeropuerto de la maldición de los planes faraónicos de Murcia?


* El País - RAFAEL MÉNDEZ Murcia 17 FEB 2013
Foto: El aeropuerto de Corvera, en Murcia.- elpais

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