'Caso Malaya' : «Es una pena; a la vista de las condenas, igual les ha compensado»

Santiago Torres, exjuez de la Audiencia Nacional, fue el primero que logró frenar los abusos de Jesús Gil en 1998. Su paso por Marbella le causó 3 infartos y 6 anginas de pecho. Ahora se ha retirado de la profesión, pero considera las condenas de la resolución judicial "cortas" y un punto y seguido en la lucha contra la corrupción urbanística que se desató. A continuación una breve entrevista.
"SUR* : – ¿Qué opina del fallo?... Me parece un punto y seguido en la lucha contra la corrupción que se desató en una época en Marbella. Deja una serie de cuestiones en el aire. La primera y más llamativa, las absoluciones en el entramado empresarial y de blanqueo que había servido de soporte a ese sistema de corrupción generalizada al que hace referencia la sentencia. Y eso es llamativo porque ha quedado impune todo el aparato que permite obtener beneficios de los sobornos a funcionarios, que es el blanqueo. La segunda, la liviandad de las penas impuestas a los condenados. Marbella tiene todavía pendiente esclarecer todo el entramado económico que había detrás de la corrupción del ayuntamiento gilista y postgilista... ‘Malaya’ es la punta del iceberg.

– ¿Le parecen cortas las condenas?
Me parece una condena corta. Los dos años de cárcel a Julián Muñoz o los seis que se le han impuesto a Marisol Yagüe parecen penas menores para un entramado continuado de corrupción generalizada. Y llama la atención también la condena a Roca mediando confesión del mismo. Aun así, la sentencia tiene unos efectos muy saludables y beneficiosos como es poner punto y final a una era, pero me da pena que, a la vista de las condenas, igual les ha compensado. Alguien no ha hecho bien su trabajo, y parece ser que las defensas han estado por encima de las acusaciones. Significa que ha habido 43 ciudadanos expuestos a un proceso judicial cuando resulta que no había pruebas para condenarles. Lo que plantea dudas es por qué el gran trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que han realizado una investigación muy complicada, no se ha transformado en todos los casos pruebas válidas para el juicio. Los policías hicieron una labor exquisita.
– ¿Piensa que las penas habrían sido distintas si el caso se hubiera juzgado años antes?
No creo que hubiese cambiado el resultado del fallo de haberse producido en otra época, pero sí pienso que las condenas hubiesen sido más duras en la Audiencia Nacional.
– ¿Qué mensaje se traslada a la sociedad con estas condenas?
Hay que repensarse si nuestra Justicia sirve para dar respuesta a problemas como el de la corrupción. Primero por la tardanza, ya que han transcurrido siete años, y segundo por la liviandad de las penas.
– ¿Cree que este tipo de sentencias son disuasorias?
En absoluto. Las condenas que se han producido y el hecho de que la sentencia no alcance al entramado económico de la corrupción permite pensar en la impunidad de determinados comportamientos que están en la base de esta situación.
– Muchos ciudadanos han mostrado su indignación por las penas impuestas...
¡Qué quiere que le diga, si yo me sentí más solo que un comando tras las filas enemigas! [ríe]. Ahora todo el mundo se apunta al carro, pero esto venía de mucho antes, no era algo secreto. Seguramente, si una parte de la sociedad marbellí hubiera actuado de otra manera, no se habría llegado a esta situación. Pero sería injusto decir que todo el mundo actuó así. Hubo voces que se alzaron, y que fueron silenciadas. Algunos lo pasaron muy mal cuando denunciaron lo que estaba pasando.
–Las acusaciones de blanqueo se han saldado con más absoluciones que condenas. ¿Cree que hay armas legales para combatir este delito?
Hay que tener en cuenta que ha habido dos reformas y se han agravado sustancialmente las penas. El problema radica en que las herramientas judiciales son muy poco útiles para investigar delitos telemáticos. Los defectos organizativos de la Justicia española, que es de la época de la diligencia, de 1.882, no son eficaces para perseguir delitos de la era de las telecomunicaciones. Eso no ocurre en Estados Unidos, Alemania o Inglaterra, que sí que han depurado los casos de corrupción allí planteados.
– ¿Qué ha supuesto Juan Antonio Roca para Marbella?
Roca era el organizador en la sombra de los aprovechamientos urbanísticos ilícitos en los que se basaba la corrupción, según ha resultado de diversas resoluciones judiciales. Ha supuesto la saturación de la calidad urbanística de Marbella y la eliminación de desarrollos urbanos públicos.


* Sur - HÉCTOR BARBOTTA |JUAN CANO - 6.10.13
Foto: Marbella, arco entrada símbolo del gilismo - laopiniondemalaga.es

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