Un tercio de las familias vive en viviendas precarias en Latinoamérica

ELPAÍS* : Un informe advierte de que el problema afecta a 59 millones de personas.
Viviendas de paredes y techos de cartones ensamblados como un rompecabezas que deja alguna hendija al frío otoñal de Buenos Aires. Piso de tierra, como las calles que la rodean y que suelen embarrarse cada vez que llueve, lo que dificulta los accesos. Mucha caminata para llegar a la parada de autobús. Una bombona que sirve para cocinar o calentar el mate y leña para entibiar el ambiente. Conexión eléctrica clandestina. Una sala de estar y un dormitorio con una cama matrimonial donde también duermen algunos hijos. Afuera, a unos pocos metros, un baño hecho de plásticos con un pozo para hacer las necesidades básicas. Así son algunas de las viviendas precarias de las afueras de la capital argentina, un drama que afecta a toda Latinoamérica, pese a la última década de crecimiento económico y mejora de la equidad.

Más de un tercio de las familias latinoamericanas habita en una casa inadecuada o construida con materiales precarios o carente de servicios básicos, según una investigación publicada hoy por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se trata de unas 59 millones de personas con un problema que también atañe a la salud, al desempeño escolar, la discriminación social (muchas veces los trabajadores que buscan empleo ocultan que viven en barrios chabolistas porque están asociados a la delincuencia), la seguridad personal, la calidad del transporte y el medio ambiente, según el informe. Hacia 2015, el crecimiento económico de la región habrá ayudado a solo el 36% de las familias que en la actualidad viven en viviendas precarias. Los programas de vivienda pública probablemente ayudarán a otro 5%. Con estas proyecciones, dentro de tres años cerca del 36% de las familias en las zonas urbanas y rurales seguirán habitando viviendas inadecuadas, frente al 37% en 2009. El banco advierte de que la proporción resulta mayor que en otras regiones del mundo con niveles de ingresos semejantes.

Casi dos millones de los tres millones de familias que se forman cada año en ciudades latinoamericanas se ven obligadas a instalarse en viviendas informales, como las de las zonas marginales, según el informe que el BID elaboró a partir de datos oficiales de 18 países de la región. La mayoría de la población que vive en las principales ciudades carece de suficientes medios económicos o no puede acceder a un crédito hipotecario para las viviendas más económicas ofrecidas por el sector privado. Más de la mitad de las familias de Caracas, La Paz, Buenos Aires, São Paulo, Río de Janeiro, Ciudad de México, Quito y Managua no pueden costearse más que una morada construida por su propia cuenta.

El BID considera que los planes de viviendas sociales de los Gobiernos latinoamericanos deberían septuplicarse para satisfacer la demanda. Además advierte de que estos programas muchas veces no favorecen a los hogares más pobres. “Estos planes empiezan a ayudar a las familias cuando ya se han instalado en tierras baldías, sin infraestructura básica ni planeamiento”, señala el coordinador del estudio, César Bouillon, en conversación telefónica desde Washington. La urbanización de terrenos antes de ser habitados cuesta 1.299 euros por familia, frente a los 3.438 que cuesta mejorar un asentamiento ya constituido. Según Bouillon, otros problemas radican en la falta de acceso a los títulos de propiedad y la tendencia a desarrollar viviendas sociales en la periferia en lugar de recuperar zonas céntricas. La población, a su vez, tiende a construir sus viviendas con ladrillo o cemento, pese a que ambos materiales se han encarecido en los últimos años.

La ausencia de crédito para la clase media baja constituye otro obstáculo, según Bouillon. Muchos trabajadores no pueden justificar sus ingresos ante el banco porque están empleados de manera informal. También ocurre que “muchos municipios tienen regulaciones de desarrollo de la tierra pensados para suburbios de clase media o alta”, según Bouillon. En Buenos Aires, la vivienda más barata cuesta 34.460 euros, o 45 meses de trabajo asalariado medio, lo que contrasta con Bogotá, donde por 9.575 se consigue una, es decir, con diez meses de nómina, según el BID. Por último, los Gobiernos latinoamericanos no promueven el alquiler económico como los países ricos. En la extensa Latinoamérica solo el 16,9% de la población alquila, mientras que en la densa eurozona lo hace el 28%.


* El País - ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 15 MAY 2012
Foto: La favela Morumbi de São Paulo, en Brasil. / AP

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Bédar.- Proyecto de 'ladrillo' en plena crisis

IDEAL/Almería* : Hoy está prevista una charla sobre cuestiones urbanísticas en Bédar. Una reunión informativa que lleva a cabo el recién creado grupo Bédar Sostenible y que tiene como fin informar a vecinos de la localidad que tengan dudas sobre planes de urbanismo que parece se quieren llevar a cabo en el municipio. Al conocerlos, muchos se preguntan ¿qué sentido puede tener una urbanización de 70 viviendas y un colegio de 700 metros cuadrados en un pueblo de apenas mil habitantes como Bédar?.
Ésa es la primera duda que surge al conocer un proyecto que tiene sus planos y sus nombres en La Meseta del municipio bedarense. Sin embargo, al intentar averiguar más sobre el asunto, lo que surgen son más interrogantes. Hubo hace más de un mes una primera reunión entre técnicos y representantes municipales y propietarios, a los que se les puso sobre la mesa el plano y se les dijo que si la mitad de ellos estaba de acuerdo se llevaría a cabo la urbanización.

Pero, ¿quién y cómo?. El alcalde de Bédar, Ángel Collado, asegura que «es algo que tienen que llevar adelante los propietarios. El Ayuntamiento lo único que ha hecho ha sido a petición de varios de ellos, realizar un diseño de esa unidad de ejecución. No se reclasifica suelo ni nada de eso, ese suelo era urbano consolidado y lo que se hace es que para poder desarrollarlo, para que cada uno pueda hacerse su casa, le proponemos una nueva ordenación para que decidan si les parece bien e intentamos que cada propietario se quede en su suelo de origen. Aunque de ese suelo hay que hacer las respectivas cesiones que van por ley». El primer edil remarca que «serán los propietarios los que tengan que desarrollarlo, el Ayuntamiento colaborará en lo que pueda». Según Collado, «la mayoría de los propietarios quiere llevar a cabo la urbanización», pero «el que no quiera, no pasa nada, como hay que hacer una nueva ordenación, se deja como suelo de especial protección. Nosotros no tenemos ningún interés, fue por iniciativa de los vecinos».
Muchos de los vecinos que están dentro de esa 'reparcelación' no tienen muy claro qué supone la urbanización, ni cómo les afectará. Algunos han acudido a abogados porque no se fían de lo que pueda ocurrir. De hecho, hay personas que han visto 'desaparecer' literalmente su terreno en ese proyecto. «Nosotros teníamos la parcela ahí, dentro de esa urbanización que se ha diseñado, pero, sin embargo, no sale como nuestra, con nuestros nombres, sino que se ha metido dentro de otra propiedad», explica un vecino de la zona, quién asegura que «hace más de 100 años que ese terreno pertenece a mi familia y le he dicho al alcalde que porqué no salgo como propietario y me ha dicho que habrá sido un error que se rectificará, pero de momento no me han dicho nada más», asegura temeroso de ver desaparecer ante sus ojos parte de su patrimonio.
Otro caso es de un ciudadano que también tiene su propiedad heredada de sus antecesores y que «me la han metido en este Plan y me han quitado la mitad para dársela a otros a los que habían quitado todo el terreno», asegura. Y también reitera que «estamos esperando una respuesta del Ayuntamiento, yo y mi abogado para tomar las decisiones pertinentes».
Muchos de esos vecinos han recurrido a consultar al colectivo Bédar Sostenible para saber más detalles sobre en qué puede derivar todo esto. Y, según pudieron asesorarles, efectivamente y tal y como dice el alcalde bedarense, «es un plan de ejecución». En los planos a los que ha tenido acceso IDEAL se muestra el terreno ya reparcelado (redistribuidos e indicando los terrenos que se queda el ayuntamiento, carreteras, etc.) con 70 viviendas planeadas y un colegio público. Tras reunir la tierra de todos los propietarios afectados por la urbanización, el terreno se reparcela y habitualmente las parcelas resultantes quedan reducidas, a veces hasta un 50% (se resta el terreno que corresponde al ayuntamiento, para servicios, etc.) y además estas parcelas resultantes no tienen por qué estar en la ubicación original. Los gastos de urbanización de la Unidad se reparten proporcionalmente en función de las parcelas que corresponden a cada uno.
Los vecinos de la localidad andan algo 'perdidos' con este asunto, y esperan poder aclarar sus dudas a través de Bédar Sostenible, y la consulta a expertos.


* Ideal - JENNIFER SIMÓN - 20.5.12
Foto: Bédar (Almería) - turismo

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