Benidorm presume de 5 décadas de urbanismo

INFORMACIÓN/Alicante* : A Benidorm le bastaron cincuenta años para dejar de ser un pequeño pueblo y convertirse en una ciudad, en una gran ciudad. Esa vertiginosa transformación no siempre tuvo buena fama: durante años, la capital de la Costa Blanca fue expuesta en la picota como emblema de la masificación urbanística y de la hegemonía del hormigón. Hoy, en cambio y más allá de gustos subjetivos, los expertos coinciden en subrayar la sostenibilidad económica y medioambiental del modelo vertical. De ahí que la ciudad haya decidido aparcar sus complejos -si es que aún le quedaba alguno-, darse un baño de autoestima y presumir de historia urbanística: y lo hará a través de una exposición que reflejará a través de fotografías, documentos y planos el nacimiento de la actual urbe turística y que se inaugurará el próximo 31de enero bajo el título "Benidorm. 50 años de urbanismo: 1961". "Enseñamos nuestro urbanismo porque estamos orgullosos de él", explicó ayer el concejal del ramo, Juan Ángel Ferrer.

La muestra difundirá aquellas iniciativas arquitectónicas públicas y privadas que a partir de principios de la década de los sesenta contribuyeron con espíritu ciertamente pionero a crear de la nada una ciudad nueva y que hasta ahora se encontraban almacenados en el archivo municipal: proyectos creados por arquitectos e ingenieros orientados hacia el turismo y que le otorgaron a Benidorm un "carácter único", como subrayó por su parte la edil de Patrimonio Histórico, Eva Mayor. Lógicamente en esa relación, los planos de los hoteles concebidos en aquella época tendrán un papel destacado: será el caso de la ampliación del hotel Delfín, del hotel Palmeral, el España o el Montesol; también de aquellas salas de fiestas como la Katanga o el Bolero que asombraron a la España del desarrollismo; de la ampliación de la ya desaparecida residencia de la Alameda o del camping Almafrá; de la creación de una oficina de la compañía Ubesa en el Parque de Elche; o de iniciativas públicas como la Plaza Triangular o la reforma del Parque de Elche.
Lo que podrá verse en la exposición son sobre todo bocetos técnicos gestados en 1961: la mayoría se llevaron a cabo, aunque otras propuestas, como la ampliación del centro escolar Nuestra Señora de los Dolores, nunca vieron la luz. ¿Y porqué de 1961? Porque ya han transcurridos los cincuenta años que marca la ley para que estos proyectos puedan hacerse públicos. De ahí que, según Mayor, en los próximos años, se repitan este tipo de exposiciones para recoger otros proyectos conforme vayan cumpliendo ese medio siglo de antigüedad y puedan ser accesibles para el público.

Una ciudad planificada que evitó problemas sociales y de movilidad
En 1961, arquitectos, técnicos e ingenieros trabajaban a toda máquina para trasladar de los planos a las calles la filosofía del famoso Plan General de 1956 que acabaría por forjar la Benidorm actual. Fue pues una Benidorm planificada en todo momento y que sabía muy bien lo que quería ser de mayor: una ciudad "densa, sostenible y compacta", según describió ayer Juan Ángel Ferrer. " Logramos un urbanismo que ahora nos atrevemos a mostrar en una exposición, algo que no todo el mundo puede decir". El concejal agregó que esa forma de hacer las cosas permitió que Benidorm naciera "bajo el signo del equilibro" y evitara problemas "de comunicación, de movilidad o de carácter social". De ahí que ahora haya llegado el momento de recuperar "la perspectiva de nuestra evolución urbanística en los últimos 50 años" añadió la edil de Cultura, Eva Mayor.


* Información -24.1.12
Foto: Benidorm antigua - turismo

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Comienza el derribo de la emblemática fábrica de lápices de Ferrol Vello

ELPAÍS/Coruña* : Ladrillo a ladrillo, la enorme chimenea de la vieja fábrica de lápices de Ferrol encoge unos metros cada día. Los operarios empezaron a desmontarla a mano el pasado miércoles aupados por una grúa a 35 metros de altura. A la chimenea le seguirá un desvencijado tejado de uralita, cuajado de amianto, que habrán de retirar con todas las precauciones exigidas para manipular un material cancerígeno que ya se ha cobrado muchas vidas entre los trabajadores del naval de la ría. El resto de la fábrica caerá al paso de la maquinaria pesada y las palas excavadoras.
La promotora Jerpu, SA, propietaria del recinto, ha iniciado el derribo del complejo fabril más emblemático de Ferrol Vello para construir dos edificios con medio centenar de viviendas en un solar privilegiado de 3.500 metros cuadrados con vistas al puerto interior. Tirar abajo la fábrica les costará unos 300.000 euros.
El permiso de demolición se aprobó por silencio administrativo. Así lo reflejó una sentencia del juzgado contencioso administrativo de Ferrol fechada el 27 de octubre de 2010.

Ni los tribunales ni la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta y el Ayuntamiento de Ferrol, en manos del PP, han puesto trabas al derribo de Hispania, que sí cuestionan los tres grupos de izquierdas (PSOE, IU y BNG) y el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). Hace cinco días, congregaron a unas 30 personas ante la fábrica tras la pancarta “No al derribo, no a la especulación”. Reclaman que se proteja el inmueble, o parte de él, como ejemplo de la arquitectura industrial y que se recicle como centro sociocultural.

La fábrica, que llegó a producir cerca de 36.000 lápices al día, llevaba prácticamente tres décadas abandonada, colonizada por la basura, la maleza y las ratas. Su inminente desaparición apenas ha abierto brecha en el barrio de Ferrol Vello, catalogado en 2011 como Bien de Interés Cultural (BIC), que pierde uno de sus inmuebles más representativos. Un grupo de vecinos se opone al derribo pero la mayoría parece columpiarse entre la indiferencia y el deseo de ver renacer una barriada que, estéticamente, se quedó atrapada en la posguerra.

Hispania fue la apuesta empresarial de Alberto Fernández Martín, que vio en los lápices su pasaporte al éxito. Fundó la compañía en 1934 y se mudó a la fábrica de Ferrol Vello ocho años después. Superado el bache de la Guerra Civil, la compañía pronto dio beneficios y ganó mucho dinero en los 50 fabricando los lápices Johan Sindel y bolígrafos Bic. La empresa echó el cierre en 1986, incapaz de competir con Asia, y desde entonces la ruina ha campado a sus anchas por el edificio.

La demolición se autorizó en pleno ordinario el 29 de diciembre con los votos de PP e Independientes por Ferrol y el rechazo de PSOE, IU y BNG. Un día antes, la Comisión de Urbanismo valoró las sentencias y escritos que “instaban al Ayuntamiento a autorizar el derribo” y rechazó las alegaciones a la modificación puntual del PXOM para la parcela. “La sentencia judicial no contempla la posibilidad de exigirle al propietario que conserve una parte de la fábrica”, explicó Guillermo Evia, responsable de Urbanismo.

El TSXG ya había multado al anterior gobierno socialista por retrasos en la ejecución de las sentencias que daban la razón a la constructora. Jerpu presentó el proyecto de demolición en 1996 y ha batallado en los tribunales durante 15 años para recabar permisos y sortear las trabas administrativas al derribo. La promotora tiene a su favor los mandatos judiciales y el visto bueno de la Xunta y del Gobierno local, que non han visto en la fábrica nada especial que la salve de ser demolida.

El 5 de enero, en un último intento por detener la actuación, Izquierda Unida presentó un recurso de alzada contra la autorización de Patrimonio que en noviembre había levantado el último freno a un derribo que había descartado en febrero con un informe desfavorable. “Agotaremos todas las vías legales para impedir un atropello sin remedio contra el patrimonio histórico y la memoria de la ciudad”, asegura Yolanda Díaz, coordinadora de IU en Galicia y edil en Ferrol. Díaz acusó al Ejecutivo popular de actuar como “una brigada de demolición al servicio de los intereses inmobiliarios” y le reprocha a la Xunta que en ocho meses cambiase de parecer sobre la fábrica. El BNG también ha criticado que el gobierno de José Manuel Rey se apresure a dar luz verde al desmontaje sin esperar a que la redacción del Plan Especial para Ferrol Vello estudie otras alternativas para este espacio.

Otro colectivo muy beligerante contra el derribo han sido los arquitectos de la delegación ferrolana del COAG capitaneados por Miguel Reimúndez, exedil de Vivienda de Ferrol con el bipartito PSOE-IU del 2007. Opina que la rehabilitación de Hispania “es una oportunidad en la trama de la ciudad” y que debería salvaguardarse al menos la estructura de la chimenea y la zona de oficinas. Los últimos en terciar en la polémica han sido los técnicos del comité internacional del patrimonio industrial que pretenden elevar a la Unesco una petición para detener la demolición.

No parece probable que la vieja Hispania pueda escaparse al derribo que la ronda desde hace años. Casi 'in extremis', IU mantendrá este jueves una reunión en Santiago con el director general de Patrimonio, José Manuel Rey Pichel. La formación ha pedido a la promotora que aparque temporalmente la demolición para “no causar daños irreparables a una construcción de indudable valor histórico”.


El País - Lorena Bustabad Ferrol - 23 ENE 2012
Foto: Obras de demolición en la emblemática factoría ferrolana que han provocado las protestas de la oposición municipal y del colegio de arquitectos. / GABRIEL TIZÓN

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Infraestructuras invisibles, el futuro de las ciudades

ELPAÍS/Reportaje* : Esas urbes submarinas de ensueño protegidas por domos inmensos o los vehículos que vuelan sobre las metrópolis en la película de Blade Runner tardarán bastantes años en ser realidad. La ciudad que viene, la de dentro de un par de décadas, no rompe radicalmente con la apariencia de la actual. Eso sí, en sus entrañas y de una manera silenciosa, vivirá una transformación similar a la de la llegada de Internet a nuestras vidas, afirman las empresas tecnológicas y las ciudades que ya se han montado al tren del cambio. La urbe, con ayuda de la tecnología, será más limpia, ecosostenible, ofrecerá una mejor calidad de vida a sus vecinos. Deberá ser mejor gestionada por sus gobernantes. El primer reto: ¿Quién pagará la factura?
El cambio no es un asunto meramente estético. En el año 2050, el 75% de la población mundial vivirá en ciudades, según Naciones Unidas. Esto equivale a 6.000 millones de personas. En España, esta cifra se eleva hasta el 82%. "El cambio climático derivará en migraciones a gran escala dentro de cincuenta años", asegura Greg Clark, presidente de Business of Cities. Los recursos naturales disponibles son limitados y hay que estar preparados buscando un modelo que permita racionalizarlos.

El paradigma de esta nueva concepción se llama smart cities (ciudades inteligentes, en inglés) y fue el tema de debate durante la Smart City Expo World Congress, que se celebró a principios de diciembre en la Fira de Barcelona. Allí se dieron cita más de 300 expertos de 20 países del mundo y se presentaron varias aplicaciones que ya se ven en algunas ciudades españolas como la capital catalana, Santander o Málaga.

Una smart city, según los expertos, es una urbe que aplica soluciones innovadoras para conseguir una mayor calidad de vida de sus habitantes. Esto pasa por la tecnología. Ahora es posible crear ciudades "sensibles", que mediante sensores, por ejemplo, arrojen datos en tiempo real sobre temas claves como la contaminación, las basuras, el tráfico o el consumo energético. Y con toda esa información centralizada es posible tomar mejores decisiones, más efectivas y rápidas. Carlo Rattu, director del laboratorio SENSEable City del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), hace un símil automovilístico. Hace 20 años, en la F-1, la principal preocupación de las escuderías era quién tenía el motor más potente o la mejor aerodinámica. Ahora, aunque esto sigue siendo importante, es fundamental la telemetría, es decir, la tecnología que posibilita conocer en tiempo real los datos sobre las condiciones de la pista y del vehículo. Allí está el secreto para llegar al podio.

Un caso exitoso de la puesta en marcha de esta idea es el programa Digital Birmingham. La ciudad inglesa instaló una red inteligente de contadores de electricidad en una cincuentena de hogares en la zona de Edgbaston. El sistema permite a las familias conocer su consumo a través de Internet y así planificar estrategias para ahorrar. Según Mike Whitby, el alcalde de la ciudad, en las primeras 12 semanas de implantación los hogares-laboratorio redujeron sus facturas en un 60% (unos 40 euros menos) y evitaron la emisión de 12 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La organización del tráfico rodado también es uno de los aspectos en los que más se ha adelantado en la ciudad "sensible". Por ejemplo, San Francisco desplegó un sistema de sensores y señales lumínicas en el 25% de sus plazas de aparcamiento, muy similar al que se puede encontrar en algunos centros comerciales o parkings privados. Esto le permite al conductor encontrar un sitio disponible a través de cualquier aparato que tenga la funcionalidad de geolocalización, como una tableta o un móvil. Otro ejemplo es Copenhaguen. Allí existe un sistema similar en el que el conductor conoce las plazas disponibles en un lugar determinado a través de SMS.

"Durante los últimos años los políticos han basado sus iniciativas en infraestructuras visibles, grandes edificios que dejaran huella física y evidente de su legado. Desde que comenzó la crisis han cobrado más sentido los proyectos de ciudad inteligente, invisibles a primera vista, pero mucho más beneficiosos para los ciudadanos", asegura Jordi Pugneró (CiU), teniente de alcalde de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), uno de los centros urbanos que más ha apostado por el modelo smart city en España.

Otra de las abanderadas de las infraestructuras invisibles es Santander. Según su alcalde, Iñigo de la Serna (PP), en tres años se prevé dotar a la ciudad de 20.000 sensores, algunos enterrados bajo el asfalto para obtener información sobre la movilidad, otros ubicados al aire libre, para monitorear los niveles lumínicos o sonoros. La idea es que la capital cántabra sea un gran laboratorio donde empresas y el mundo académico realicen experimentos sobre la infraestructura desplegada. El programa cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros. Una de las aplicaciones que allí se ha probado es la del sistema de regado de los jardines. Allí un sistema decide cuándo regar en función de la humedad ayudando así a evitar el desperdicio de agua.

Los desarrollos tecnológicos también aportaN la posibilidad de construir con materiales novedosos, que permitan la integración de sistemas de producción energética en los edificios. Un ejemplo es el edificio Mediatic de Barcelona, que incorpora unas membranas especiales que detienen la radicación solar. Gracias a un centenar de sensores, se gradúa la entrada de luz al edificio. Según cifras del Consistorio de la capital catalana, solo con un aislamiento térmico eficiente se puede ahorrar cerca del 50% de la energía utilizada en una vivienda.

Algunos expertos también dan un paso más allá y abren la posibilidad de reindustrializar la ciudad, revertiendo la tendencia de los últimos 50 años. Uno de ellos es Neil Gershenfeld, el director del Center of Bits and Atoms del MIT, que propone una "nueva revolución industrial", en la que máquinas de última generación podrían producir objetos de una manera limpia y sin ocupar mucho espacio dentro del tejido urbano. "En lugar de llevar los trabajos fuera de la ciudad podríamos producir de forma local muchos de los productos consumidos por los ciudadanos", asegura Gershenfeld.

Aunque la idea sobre la necesidad de cambiar de paradigma urbano es compartida, no hay ni mucho menos un consenso sobre cómo se debe hacer o cuál es el modelo a seguir. "Muchas ciudades tienen prioridades mucho más acuciantes que las de llenar sus calles de sensores", cree Ismael Fernández, presidente de la Asociación Internacional de Urbanistas (ISOCARP por sus siglas en inglés). Las empresas desarrolladoras de tecnología aseguran que la idea las smart cities no es una burbuja. "El concepto no nace de una elucubración teórica ni de una necesidad de vender más tecnología, sino de una demanda real de los ciudadanos", argumenta Tobías Martínez, presidente de Abertis Telecom. Fernández cree que el problema de fondo es que las ciudades "siguen tendencias no ideas".

La realidad es que implantar algunas de estas tecnologías resulta costoso, especialmente en tiempos de crisis. Jordi Botifoll, vicepresidente sénior de EMEA-CISCO cree, sin embargo, que allí hay una oportunidad y se abre un nuevo horizonte para países como España. "En unas economías que por fuerza han de tener a la innovación como motor, la implementación del concepto smart supone una gran oportunidad para superar la brecha en competitividad", plantea Botifoll. Los ayuntamientos españoles de más de 50.000 habitantes podrían externalizar servicios por valor de 10.000 millones de euros a tecnologías smart, según ferrovial. Para el profesor de IESE Eduardo Martínez Abascal, los consistorios ahora están en capacidad de invertir, pues han sido las únicas administraciones públicas que han tenido superávit corriente en los últimos años. "El aumento de la deuda por parte de la administración municipal en los últimos tres años ha sido relativamente moderado, comparado con la generada por el Estado o las Comunidades Autónomas", explica. Según Martínez, el gasto medio por ciudadano entre los ayuntamientos oscila entre los 1.200 y 1.500 euros. En su opinión es bastante bajo si se compara con el gran catálogo de servicios de cercanía que ofrecen.

A pesar de ello, los números son los que son y la participación privada sería indispensable, algo a que los expertos advierten que no hay que tirarse en picada. "Hay un papel para la empresa privada, pero este ha de ejercerse sin menoscabo de la degradación democrática que supone eliminar la relación directa entre ciudadano y administración en la prestación de servicios públicos. Los mercados no hacen un buen trabajo coordinando las necesidades públicas, especialmente en los países en vía de desarrollo",puntualiza Mildred Warner, profesora de Urbanismo de la Universidad de Cornell (Estados Unidos). Para evitarlo, el concejal de Birmingham Paul Tisley sostiene que no se puede contar con "un modelo único" de colaboración con la empresa privada, sino impulsar diferentes alternativas, desde contratos a largo plazo hasta joint ventures.

El debate de fondo radica en la necesidad, más allá de la tecnología, de una buena gobernanza. "La tecnología ha de ser considerada por defecto y la importancia recae en el fomento a la creación de los servicios que posibilita", explica Jonathan Warenham, director del departamento de Gestión de la Información de Esade. "Existe el poder de elección sobre el uso que damos a las tecnologías o sobre cuáles utilizamos o no", añade José Luis Marín, presidente de Endesa. En ese contexto se inscriben las decisiones políticas y el diseño de una adpatción particular. Anthony Twonsend, el director de investigaciones del Institute for the Future, apunta a la necesidad de un liderazgo político "no existirá una única respuesta trasladable de una ciudad a otra, por lo que cada una deberá encontrar sus propias soluciones".

En eso será fundamental el consenso político. "El número y fragmentación de los actores implicados hacen hoy difícil poner en marcha verdaderos proyectos transformadores", explica Bruno Berthon, director de Worldwide Sustainability en Accenture. Una tarea bastante ardua para un país donde el 84.1% de los municipios (6.821) tiene menos de 5.000 habitantes y se debate el papel de las autoridades supramunicipales.

Municipios superdotados a la española

Las iniciativas de las smart cities suelen agruparse dentro de cinco bloques: energía, medio ambiente, urbanismo, movilidad y tecnologías de la información y comunicación (TIC). Varias ciudades de España ya han debutado en algunos de ellos, con resultados diferentes. El problema es que los proyectos, aunque en la mayoría de casos sirven para ahorrar a medio y largo plazo, a corto plazo suelen suponer un dispendio. A falta de dinero, el reto pendiente es lograr extenderlas más, en muchos casos, gracias a subvenciones o colaboraciones con empresas.
Málaga. La ciudad andaluza es la más inteligente del país, según la consultora IDC. Su iniciativa más destacada es de corte energético y la inició en 2009. “Málaga es el proyecto español pionero destinado a crear una ciudad ecoeficiente. Su objetivo es conseguir una integración óptima de las fuentes renovables de energía en la red eléctrica”, explica la consultora. El proyecto fue impulsado por Endesa y gracias a fondos de la Unión Europea. Su objetivo es lograr el autoabastecimiento energético a través de varios sistemas, desde aerogeneradores en azoteas a las placas solares. El éxito del proyecto hizo que se buscaran otros frentes de inteligencia para la ciudad. Actualmente el ayuntamiento tiene en marcha otros proyectos de tecnología para mejorar el transporte público, el tráfico o las obras públicas. Planea acciones para hacer más eficiente la recogida de basuras, por ejemplo.
Sant Cugat. Este municipio barcelonés de 80.000 habitantes está a la cabeza del índice de Transparencia de los Ayuntamientos (ITA) que realiza la ONG Transparencia Internacional. Su página en internet es la más completa del país y le permite a los ciudadanos no solo acceder a muchos servicios como la reserva de una sala para su boda sino poder conocer detalles sobre la contratación y las obras públicas que se realizan en el municipio.
Barcelona. La capital catalana es una de las ciudades líderes en movilidad eléctrica. En colaboración con Endesa, Barcelona ya cuenta con 72 puntos de recarga para coches y motos y la ciudad se prepara así para el día en que el mercado decida dar el vuelco tecnológico. El Ayuntamiento cuenta con una flota de 21 motos eléctricas y unos 256 vehículos de la contrata de limpieza usan esa misma tecnología. El futuro sistema de RetBus, de autobuses de alta capacidad, incluirá un sistema de coordinación con los semáforos para darles prioridad y así aumentar su velocidad.
Valladolid. Ríos de luz es un proyecto de ahorro energético desarrollado por el Ayuntamiento castellano junto con Inda, Philips y ELPA, gracias a los dineros del Plan E. Mediante la reorganización de la iluminación de 35 edificios y monumentos de la ciudad se logra aumentar su esplendor para el goce de los visitantes y los vecinos sin un impacto en la factura de la luz. Según su alcalde, Francisco Javier León de la Riva (PP), el gasto se ha reducido en un 45% gracias a la utilización de lámparas LED.


* El País - CAMILO S. BAQUERO 16 ENE 2012
Foto: Maqueta del edificio Mediatic de Barcelona - elpais

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Esquizofrenia entre el urbanismo y la arquitectura

TOMÁS MARTÏNEZ BOIX* : La arquitectura española ha estado de moda en los últimos tiempos. Basta recordar la exposición en el MOMA de Nueva York (2006) donde se presentaron una treintena de proyectos y realizaciones españolas. No en balde el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York constituye la cátedra del arte actual, y la exposición de cualquier trabajo en sus paredes lo consagra. La importancia del acontecimiento fue mucha, hasta tal punto que el Washington Post dijo que la exposición era la prueba palpable de que España entraba en la vanguardia mundial de la arquitectura.
Por otro lado, el urbanismo español ha sido vapuleado con viva dureza desde el exterior. El Parlamento Europeo, a instancias de grupos verdes denunció "la destrucción masiva de nuestras costas", las "ganancias excesivas" y la "falta de control". Por fin, se permitió dicho organismo unas recomendaciones críticas dado que el parlamento europeo carece de competencias en la materia, con el urbanismo español.
Esto me plantea una pregunta ¿Es muy buena la arquitectura y muy malo el urbanismo español? Sabido es que la enseñanza de la arquitectura en España se establece con dos especialidades: la de edificación y la de urbanismo. ¿Por qué salieron tan bien preparados unos y tan zafios los otros? ¡Pero si éramos los mismos! Así que la contribución a la imagen del país, eso que los geógrafos llaman el paisaje, debería haber sido equivalente entre las aportaciones de la arquitectura y el urbanismo. Y no ha sido así. Aunque seamos los mismos profesionales y hayamos estudiado en las mismas escuelas, el quehacer de una de las ramas ha resultado magnífica y desastrosa y seca la otra.

Y es que en arquitectura últimamente solo se han valorado las buenas piezas, sin buscar demasiado su conexión con el resto de la ciudad. Bilbao, Valencia, BarcelonaÉhan dado magníficos ejemplo de dicha arquitectura de autor que conforma espléndidos edificios que sirven de hitos urbanos. Y también ciudades medias, Mérida, León, Cartagena, han aportado excelentes ejemplos. En realidad la única arquitectura estimada ha sido la arquitectura estrella, la del "star system architects". ¡Puro marketing! Y el resto de la arquitectura y el urbanismo han sido relegados a una segunda fila. Y algunos críticos, especialmente crueles, han dirigido sobre ellos los improperios de "paisajes inmobiliarios" o de "arquitecturas de la banalidad".
En cuanto al urbanismo hay que ver lo que se ha perdido desde que arrancó la democracia. El Régimen anterior, con el cuarto Plan de Desarrollo llegó a montar un Ministerio de la Planificación. De ahí, a la situación actual en la que el urbanismo no dispone ni siquiera de una dirección general, nos habla de un hundimiento glorioso. Los ministerios fueron cambiado de nombre: Fomento, Medio Ambiente, cualquier cosa menos Urbanismo o Planificación. Y eso que el comienzo de la democracia trajo un cierto reverdecer del urbanismo. A nivel local, todos los pueblos querían modificar su Plan General y las concejalías de urbanismo se convirtieron en una nueva manera de hacer política. Hoy cuando los partidos minoritarios tienen posibilidad de hacerse cargo de una concejalía piensan en cultura, fiestas, mercadosÉ Y es que últimamente, que te nombren concejal de urbanismo es una desgracia. Puedes salir acusado, implicado o en el peor de los casos encarcelado.
¿Qué ha pasado de aquel urbanismo progresista y regeneracionista del país, que en una tradición liberal desde Ildefonso CerdáArturo Soria hasta Solá-Morales, se desarrolló en España? ¿Y con aquel urbanismo de la transición, que pedía a gritos nuevas dotaciones para los barrios?
Yo creo que el problema actual es la falta de una cultura política de ordenación territorial, de planeamiento urbano y de gestión del paisaje. Esto es lo que nos ha llevado a esta situación. Recuperar el urbanismo público, pensar en la planificación de la ciudad y entender el paisaje como un criterio de ordenación del territorio, es hoy necesario. ¡Y es el momento oportuno! El comienzo de la redacción de un nuevo Plan General tiene que hacernos recapacitar sobre las condiciones urbanísticas de nuestro municipio.


* Información - Opinión - 21.1.12

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