La venganza hippie

MANUEL GARCÍA ESTRADA* : Hoy más que nunca esta columna cumple su cometido de ser burla permanente de la posmodernidad de la que tanto se vanagloria el neoliberalismo económico que incluye religiosidad conservadora y fascismo bélico represor; lo cumple porque ante la brutal caída del sistema financiero mundial su cultura impuesta está ya en el viaje agónico hacia su final.
Hoy se ha estado revalorando lo humano, desde los indignados de España y Wall Street hasta los acampados en la Bolsa Mexicana de Valores así como los movimientos a favor de la libertad de expresión en Veracruz. Lo humano es la posibilidad de existir en libertad porque cuando no hay libertad el sentido humano se pierde colocando a los homo sapiens en un nivel de homo esclavus que equivale a ganado. Se revalora lo que da sentido e implica la identidad que no es más que cultura familiar, comunitaria, nacional, historia personal y social. Vienen ganando el concepto de nación, diversidad, heterogeneidad, democracia; lo contrario es la putrefacción de la convivencia.
El desafío debe ser mayor a lo establecido, a las instituciones, que caen a pedazos porque se convirtieron en maquinaria de corrupción al servicio de unos pocos que a través de los medios masivos de propaganda y las religiones esclavizan a todos haciendo que no se dude de nada a través de la sistemática dogmatización que día a día nos invade. El combate a todos los paradigmas es lo que define a esta época en donde el cuestionamiento sobre democracia es global, no hay ser humano informado que no esté pensando en lo justo o injusto de lo que vivimos, es un gran despertar.

En este cisma histórico se fortalece el conocimiento aplicado y el “pagano” que la ciencia moderna está conectando con la física cuántica, la química, la psiquiatría, neurología y psicología del que ya muchos están conscientes, más de los que creemos, llevando a los pueblos originales, sean mazahuas, otomíes, mapuches, huicholes, apaches o celtas a la palestra mundial que son capaces de mostrarnos con sus cosmovisiones un universo plagado de verdades que el materialismo supra capitalista ha querido ocultar. El neoliberalismo o capitalismo salvaje, que tiene bastante de positivismo del siglo XVIII, se equivoca cada día porque valora sólo a lo tangible cuando lo que más existe en el cosmos es justamente lo contrario. Por ello la fuerza de las nuevas teorías y aplicaciones de la física en donde todo lo que creíamos como real se desvanece ante las nuevas dudas y fenómenos que los científicos descubren.

La expansión de la conciencia avanza día a día, los gobiernos locales y el económico global se aterran, por ello el aumento de la represión, el miedo y la confusión en la propaganda, por ello el enorme gasto en campañas políticas y de financiación de las iglesias. Están luchando por mantenernos dormidos y en la oscuridad. No quieren que pensemos y desean que critiquemos al que lo haga para mantener intacto el imperio de la mediocridad, quieren que sigamos viendo bien al abuso, la violencia, el sojuzgamiento, al machismo; premian a los lamebotas y agachados corruptos con cargos públicos, direcciones de empresas o puestos eclesiásticos para ser capataces leales a estos cleptócratas que creen que es posible comprar tierras para hacer negocios aunque destruyan tradición, filosofía, patrimonio como en Wirikuta, México o en Hidroaysen, Chile.

Hoy la posmodernidad ha muerto y con ella la relativización del bien o mal que permitían robar, matar y abusar porque todos se podían justificar de las barbaries cometidas. Parece que efectivamente la venganza hippie ha llegado y los jóvenes del ‘68 empiezan a ver su triunfo que no significa ganar elecciones sino mover conciencias.

* Global Revolution - Opinión - 5.11.11

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