Este pueblo es una ruina

VALENTÍN MEDINA M.* : No se si la gente recuerda que "Orihuelica" del Señor es Gran Ciudad o Ciudad de Gran Población -¡corrígeme, Andrés!- o que la capital natural -que no económica- de la Vega Baja es Conjunto Histórico Monumental, o algo así, y que tiene unos cuantos monumentos nacionales, por lo que no se pueden cometer los atropellos que se han cometido y se cometen en materia urbanística. Lo que pasa es que como los "chicos del coro" -léase políticos de turno- están más "enjuascaos" en tirarse los trastos a la cabeza que en hacer las cosas mejor que sus antecesores, los ciudadanos hacen lo mismo (ya se sabe que los niños hacen lo que ven hacer a sus papás). ¡Apaga y vámonos, pariente, que nos ha "pillao" la vaca y nos ha puesto el culo más rojo que una ñora!. ¡El pueblo se cae a pedazos! y nunca mejor dicho. Como muestra, un botón; la "casa de todos" ha acordonado algunas calles para evitar problemas con el personal.
El concejal de Urbanismo -¡hay que tomar decisiones drásticas y ya se sabe que a grandes males, grandes remedios!- dice que hay que cortar por lo sano; que si no son los propietarios será su concejalía la que tome cartas en el asunto y obligue a rehabilitar o a derribar -en su caso- los edificios que supongan peligro para los viandantes (¡joder, qué bien me ha quedado la frase!). ¡Juanico; aquí hay trabajo! (es que Juanico es "derribaor"). Zapata se ha ganado el sueldo; sólo ha tardado tres meses y pico en darse cuenta de que ¡este pueblo es una ruina!.

¡Dulcísimo nombre de Jesús y de María!. Pedro, como dice la copla "Círculos viciosos", que, entre otros, canta Sabina: "¡Quisiera hacer lo de ayer, pero introduciendo cambios; no metas cambios, Hilario, que anda el jefe por ahí!. ¡Y en esas estamos, colega!. Hasta hace poco el responsable del urbanismo municipal era el "profe" Rodríguez Barberá (¡no se si me gustaría ser alumno suyo; por lo que me cuentan!), que, por lo que se ve, hizo poco o nada para evitar que se jodiera más el patrimonio de La Muy Noble, Leal y Siempre Fiel. Ha pasado el tiempo y se ha cambiado el edificio anexo al supermercado que hay enfrente de la Glorieta (en San Gregorio) por uno que está junto al Juzgado o por otro enfrente del Museo de Semana Santa, que, por cierto, está en la antigua iglesia de la Merced, de la que sólo queda parte de la fachada porque -recordemos- se la dejó morir, como se están muriendo otras; léase la de San Agustín. ¿Tendría cojones Urbanismo a derribar San Agustín por el peligro que entraña o exigiría al Obispado, que está más limpio que una patena (¡amén!), que la rehabilite? ¿La rehabilitarían los chicos de la "casa grande" y le pasarían la factura a Palmero? ¡Ser o no ser; esa es la cuestión! Palacio va a destinar 35.000 pavos para unas chapucillas en San Agustín, cuando hace unos años se presupuestaron 3 millones para la primera fase de rehabilitación de la iglesia más grande del pueblo; ¡es como el que tiene tos y se rasca los huevos; con perdón!. Si nos damos una vuelta vemos que Orihuela es una ciudad bombardeada, con infinidad de solares, incluso en lo que viene siendo la "Vuelta a los Puentes", que dicen muy poco, o nada, de la que pretende ser reconocida como Gran Ciudad. Dicen que un problema empieza a solucionarse cuando se reconoce que existe; pues, ¡ale, Zapata, "bonico", a trabajar, que, si quieres, tienes más curro que un gato en una matanza!. Empieza por una punta y acaba por la otra y deja el pueblo que no lo conozca ni la Armengola que viniera. ¿Y Rubalcava (Palacio); se caerá?.
¡Hablando de ruina!. No es de recibo que el profesor Rodríguez exija que se pague a proveedores antiguos; ¡coño, maestro!, ¿por qué no se lo exigiste a tu "compi" Lidón cuando mandabas?. Me choca lo que dice "bad boy" sobre traer turistas chinos y japoneses; ¡joder, MacGyber, que el pueblo está hecho unos zorros para enseñarlo! ¿Y lo del asesor pegón?; las "yoyas" empezaron en Desamparados (900 pavos y pelillos a la mar; ¡qué barato!), ahora han sido a cuenta de una fuente: Ángel (el asesor) parece que le ha metido a J. V. Hernández; pues ya se sabe, que lo cesen o que dimita, pero ¡aquí no dimite ni Dios!. ¿Y lo de la Residencia del Oriol?; ¡no tiene nombre, bueno si el de la Princesa!. ¡Me cago en la leche!; primero fue Peter Pan Mancebo, ahora es Culiáñez quien -dicen- contrata a familiares ¡y el tonto de mí no pilló cacho cuando mi cuñada fue concejala!. Como dice Angelita, mi madre, ¡los hombres harán lo que tengan que hacer!; mientras, lo dicho, ¡éste pueblo es una ruina!


* Información - Opinión - 15.11.11

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