El Estado del bienestar en manos de bancos y fundaciones

MADRILONIA* : Apenas quedan recursos de educación compensatoria en los colegios e institutos públicos de la Comunidad de Madrid. Tampoco podrá haber desdobles en las aulas. Han recortado la educación ambiental y la universidad no tiene suficiente dinero para investigar. Pero Bankia sigue con su mega centro “social” en San Cristóbal (Villaverde) y La Caixa financia apoyo escolar en los Centros de Participación e Integración para inmigrantes. El Santander otorga créditos universitarios, subvenciona investigaciones y ahora quiere participar en la educación pública mediante la fundación Empieza por Educar.
Este modelo que se nos impone desamortizando lo público tiene nuevos encargados de los servicios sociales: nuestros queridos bancos y cajas. Ellos decidirán qué necesitamos, si clases de canto o ayuda a mujeres. No es un modelo nuevo, en EEUU, por ejemplo, toda la intervención social está financiada por grandes fundaciones como la Rockefeller, que destinó en 2008 3,1 billones de dólares a sostener universidades, escuelas, hospitales e incluso organizaciones de base.

En España, sin ir más lejos, La Caixa dedicó 500 millones de euros a su Obra Social en programas sociales, de medio ambiente y ciencia, programas culturales y educativos y de investigación, tal y como muestran orgullosos en su web. El Santander posee la fundación que lleva su nombre, la Fundación Botín y la Fundación Santander Creativa; la primera destinó casi siete millones de euros a desarrollar debates, acciones artísticas y musicales. Por su lado, Caja Madrid invirtió en 2010 100 millones de euros en espacios de arte y cultura (11 centros), para mayores (41 centros), para educación (110 centros), residencias de ancianos y hasta un centro para enfermos terminales, entre muchos otros proyectos.
¿Deben los bancos y cajas y sus fundaciones encargarse de estos servicios? En una sociedad democrática, se debería decidir de manera democrática a qué destinar los fondos y recursos disponibles para lo social. Si pensamos además cómo han conseguido esas sumas fabulosas, acumulando intereses de préstamos e hipotecas pagados por todos y especulando con nuestras cuentas en bolsas y fondos de inversión, aparece de forma todavía más clara que están gastando nuestro dinero sin ningún control.
Recortan y cierran lo público porque “no hay dinero” mientras los bancos y cajas destinan millones de euros a gestionar como les place unos servicios sociales paralelos. Éste es el futuro que nos espera: pelearnos por una plaza en la guardería del BBVA. Todavía estamos a tiempo de evitarlo.



* Madrilonia - Voces con Futura - 6.10.11

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