El tema ambiental en las ciudades

CRISTIAN FRERS* : Las ciudades se instalan sobre ecosistemas naturales totalmente modificados por el hombre. La modificación del paisaje es total. La matriz original es reemplazada por el cemento que cubre el suelo alterando la relación entre la infiltración y el escurrimiento del agua de lluvia y reduciendo la circulación de nutrientes; el hábitat natural ha sido reemplazado con construcciones y la biodiversidad original ha sido reemplazada por una única especie, el hombre. Este sistema ya no es capaz de producir. Para abastecerse requiere de sistemas proveedores naturales y productivos. Tampoco es capaz de digerir los desechos que produce, debe recurrir a otros ambientes para volcar sus residuos.
La contaminación urbana de las grandes urbes y ciudades es uno de los problemas más críticos porque afecta directamente a millones de personas repercutiendo en su salud y calidad de vida.
Los problemas ambientales en áreas urbanas y en los alrededores de éstas son fenómenos que derivan del aumento del crecimiento urbano y que se traducen en el deterioro de las condiciones ambientales. El cambio del uso del suelo, y la concentración del uso de recursos naturales, están en el origen de los problemas ambientales. Es por este motivo que los sistemas urbanos importan grandes cantidades de recursos que son transformados en bienes y servicios y parcialmente restituidos al ambiente en forma de residuos y emisiones. Los problemas ambientales de las ciudades afectan al propio entorno urbano, pero también a muchas otras regiones de las que extraen los recursos y a las que llegan los efectos de la contaminación.

Las ciudades se instalan sobre ecosistemas naturales totalmente modificados, siendo el resultado de los avances tecnológicos que el hombre ha logrado. En estos ecosistemas la modificación del paisaje es total. La matriz original es reemplazada por el cemento que cubre el suelo alterando la relación entre la infiltración y el escurrimiento del agua de lluvia y reduciendo la circulación de nutrientes; el hábitat natural ha sido reemplazado con construcciones y la biodiversidad original ha sido reemplazada por una única especie, el hombre. Este sistema ya no es capaz de producir, para abastecerse requiere de los sistemas proveedores: naturales y productivos y tampoco es capaz de digerir los desechos que produce, debe recurrir a otros ambientes para volcar sus residuos.

Las actividades que se realizan en un centro urbano o urbano-industrial y en sus zonas periféricas, que pueden incluir la producción agrícola, ganadera, forestal, etc., generan distintos tipos de desechos que pueden convertirse en contaminantes y originar problemas ambientales y por lo tanto afectar la calidad de vida de sus habitantes.

Se pueden mencionar, entre otros:

1. Generación de residuos sólidos provenientes de viviendas, comercios, empresas de servicios, instituciones públicas (salud, educación), industrias, barrido de calles, entre otros.

2. Generación de efluentes líquidos provenientes de viviendas, comercios, industrias, y de las precipitaciones.

3. Emisión gaseosa proveniente de vehículos, incineradores, quema e industrias.

4. Ruidos producidos por vehículos, centros de esparcimientos, industrias, entre otros.

5. Contaminación electromagnética.

Entre todos los elementos que contaminan en la ciudad, el automóvil privado es el objeto individual que más impacto produce. Contamina el aire con la combustión, produce excesos de ruido, y ocupa gran cantidad de espacio, provocando atascos y dificultades de movilidad a los peatones. Además, necesita de una infraestructura para circular, que también es, de por sí, contaminante: las calles asfaltadas.

Las ciudades crecen al mismo tiempo que lo hacen los problemas provocados por el ruido, la contaminación, desertización o el impacto del cambio climático. En el siglo XX se soñaba con el ideal de ciudad jardín, que proponía una unión entre lo urbano y lo rural. Pero las grandes urbes han crecido de forma desmesurada. Además, debe hacer frente a nuevos problemas ambiental.

Por este motivo, el concepto de ciudad jardín ya no es realista y las ciudades deben reinventarse para ser un poco mas verdes y sostenibles.

Se ha calculado que en una ciudad de un millón de personas entran cada día 2.000 toneladas de alimentos, 625.000 de agua y 9.500 de combustible. Los residuos no son menores: 500.000 toneladas de aguas residuales, 950 toneladas de contaminación aerea y 9.500 de residuos. El desarrollo sostenible de las ciudades de América Latina y el Caribe presenta grandes desafíos para la política territorial-urbana en sus niveles locales, regionales y nacionales. Requiere la convergencia en el espacio urbano de la necesidad de internalizar los costos ambientales, asumir y resolver las inequidades sociales y de reconocer y abordar restricciones económicas relacionadas a la eficiencia.

La experiencia muestra que los problemas no son sólo técnicos, si no fundamentalmente de modos de vida, y que son necesarios planteamientos políticos y actuaciones que promuevan la responsabilidad social de los ciudadanos y las empresas, que tiene que promover y liderar el sector público. El ambiente urbano no es un sector, ni una cuestión técnica. Es el punto de encuentro entre calidad de vida y sostenibilidad. Hay que conseguir mejorar la habitabilidad de los barrios de nuestras ciudades, con criterios de equidad, y gestionar la demanda y los procesos productivos, con criterios de eficiencia social y ambiental, fomentado la calidad de vida colectiva sin superar los límites ambientales locales, regionales y globales.

Una ciudad sustentable será aquella que cuente y ofrezca a quienes la habiten servicios de calidad para toda la población, un medio ambiente sano, viviendas dignas y suficientes, seguridad, parques, espacios deportivos y de recreación, convivencia social intensa y fructífera, empleo digno y bien remunerado, atención sanitaria completa y eficiente, educación de calidad y acceso a la actividad cultural. Asimismo, el aprovechamiento del suelo es un aspecto fundamental del planeamiento urbano, directamente vinculado al desarrollo sustentable, tanto en la adecuada distribución de viviendas, comercios e instalaciones industriales, como en el uso eficiente de las áreas verdes urbanas.

Esto significa contar con mano de obra altamente calificada en los lugares en donde se los necesita, tener acceso a nuevas tecnologías y procesos de producción más limpios y eficientes, contar con la información requerida acerca de las necesidades específicas de los consumidores de diferentes lugares, contar con una infraestructura de buena calidad y amplia cobertura, poseer un marco regulatorio que facilite la creación y operación de las empresas y un sistema fiscal competitivo, contar con gobiernos que gocen de credibilidad y que por lo tanto, inspiren confianza y fomenten la certidumbre, tener recursos naturales fácilmente asequibles y buscar la posibilidad de aprovechar los mercados, distribuyendo espacialmente las actividades de diseño, producción y distribución de todo tipo de productos y servicios.

Para alcanzar un desarrollo urbano sustentable no basta la voluntad de la dirigencia política; es imprescindible que también la ciudadanía modifique e incorpore nuevos hábitos de consumo. Mediante procesos de consulta y concertación, tanto los gobiernos locales como las comunidades pueden aprender de sus respectivas necesidades, acumulando información que les permita formular estrategias más adecuadas.

Una ciudad sustentable será aquella que logre satisfacer de manera equitativa las necesidades de todos sus habitantes sin poner en peligro la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.

* Cristian Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social

* EcoPortal - opinión - 19.04.10

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