Desgravaciones de quita y pon

ELPAÍS* : Las rebajas las inventaron los grandes almacenes. Ellos dominan como nadie el gancho de las los "descuentos especiales" de última hora. Al sector inmobiliario, con la burbuja ya explotada y las ventas en caída libre, fue el Gobierno quien le dio la posibilidad de colgar su cartel de oportunidades. El fin de la desgravación por la compra de vivienda permitió a promotores e inmobiliarias achuchar a los clientes indecisos, con la amenaza de que, o compraban antes de acabar el 2010 o se quedarían sin el descuento fiscal. Justo cuando el sector vuelve a vivir sus horas más bajas tras la desaparición de la deducción, limitada a las rentas bajas, el Partido Popular promete resucitar el incentivo si gana las elecciones. ¿Incentivo o acicate para la burbuja inmobiliaria?
"Volver a la desgravación fiscal por la compra de vivienda es un disparate económico. Después de los años que ha costado eliminarla, replantearse volver atrás es una barbaridad", dice sin medias tintas José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, que asegura que esta medida provocaba subidas injustificadas de precio en la vivienda y, en realidad, acababa solo en los bolsillos de promotores y constructores.

No todos los expertos del sector lo tienen tan claro. En el otro extremo está, por ejemplo, el vicerrector de Economía de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, que asegura que "lo que es una barbaridad es que desapareciera" la ventaja fiscal. Cree que solo si vuelven los incentivos fiscales España verá el final de la crisis inmobiliaria.

La presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, insistió a principios de semana en que, si su partido gana las elecciones el próximo 20 de noviembre, su Gobierno recuperará la desgravación fiscal por compra de vivienda habitual. Para evitar que el anuncio pueda frenar ahora las ventas, han prometido que la medida tendrá carácter retroactivo.

Con la reforma aplicada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, desde el 1 de enero de este año solo las rentas de menos de 17.000 euros mantenían la desgravación máxima (del 15% de lo aportado a la compra de vivienda hasta un límite de 9.015 euros anuales). Con mayores rentas anuales, los incentivos fiscales se reducen progresivamente y, a partir de 24.000 euros al año, ya no se aplica ninguna deducción. Cuando el Gobierno anunció los detalles de la medida, aseguró que su aplicación permitiría ahorrar al Estado 1.500 millones de euros al año que repartiría entre los contribuyentes.

La secretaria de Estado de Vivienda, Beatriz Corredor, tachó de irresponsable al PP tras saber que piensa en resucitar las deducciones. "[La desgravación] distorsiona el mercado e influye decisivamente en el precio de la vivienda", señaló. Además, explicó, la promesa electoral "introduce incertidumbre en un mercado que se encuentra en un punto de inflexión", ya que ofrece la idea de que las reformas son inestables.

"¿Cómo piensa el PP volver a poner la desgravación si gana, teniendo en cuenta que deberá controlar el déficit? ¿Qué pensarían los mercados si España aplicara más deducciones? Sería un mensaje muy negativo" advierte García Montalvo. El catedrático recuerda, además, que fue precisamente el PP quien llevó a cabo "la reforma más progresista que se ha hecho en materia de desgravación fiscal de vivienda". José María Aznar cambió el sistema en 1998. Hasta entonces, recuerda García Montalvo, los contribuyentes podían desgravarse hasta el 30% de la base imponible, sin límite, "lo que favorecía mucho a las rentas muy altas". Con la reforma, la desgravación pasó a ser del 15% de la cantidad invertida y se puso un tope de 9.015 euros de deducción anuales. Además, se eliminó la desgravación de la segunda vivienda.

"La de la vivienda habitual debía haber desaparecido en las vacas gordas. El Gobierno tardó demasiado, pero al final lo ha hecho. Ahora no debería volverse atrás, porque en realidad esa deducción no favorece a las familias, sino solo a los promotores y constructores", defiende. Asegura el catedrático de la Pompeu Fabra que, al existir una desgravación, el comprador adquiere una vivienda teniendo en cuenta que recuperará parte del dinero, por lo que está dispuesto a pagar un poco más y los precios suben injustificadamente. Al final, el sector de la construcción vende con un sobreprecio gracias a la deducción fiscal, que le beneficia.

"Cuando la deducción existía sí es cierto que la usábamos como un gancho más para convencer al cliente de que comprara un piso, con la idea de que comprar era una inversión", recuerda Laura L. T., empleada en Valencia de una inmobiliaria de una red española. "Pero eran otros tiempos. Conseguir la hipoteca era fácil. Colaborábamos con una financiera que le daba créditos a quienes los bancos rechazaban. Cuando querían comprar pero dudaban por el precio, les recordábamos que durante toda la hipoteca, es decir, hasta 40 años, les ayudaría a que la declaración de la renta les saliera a devolver", dice la joven. Las cosas, reitera, han cambiado. "En aquél entonces todo se vendía solo. En esta oficina trabajábamos cinco personas. Ahora quedamos dos. Y muchas veces no compra ni el que quiere, porque no le dan un préstamo", señala.

Gonzalo Bernardos, de la Universidad de Barcelona, asegura que la teoría de que los promotores son los únicos beneficiados es falsa y descabellada. "Muchos no entienden que no funciona igual una economía en expansión que una en recesión. La desgravación, cuando había una demanda infinita, podía beneficiar al promotor. Pero ahora que la oferta es infinita, los incentivos los aprovechará el comprador", sostiene. Su receta para salir de la crisis es peculiar: hacer todo lo que se supone que llevó al país a una burbuja inmobiliaria. Desde ventajas fiscales para la primera e incluso la segunda vivienda en la costa y en ciudades pequeñas, a hipotecas que financien hasta el 110% de la compra y sistemas de carencia o de plazos fijos los primeros años.

¿Medidas drásticas? "Hacen falta, porque hay que reactivar el sector de la construcción como sea. El exceso de vivienda acumulada es el principal problema que tiene la banca. Favorecer su venta mejorará la situación de las cajas de ahorros y los bancos. Eso favorecerá el crédito. Y, además, se creará empleo. No subirán los precios, sino que se estabilizará el mercado", vaticina. "Las medidas no son buenas ni malas. Dependen del contexto en el que se apliquen. En 2004 era una barbaridad que existiera una deducción por vivienda. Hoy es una barbaridad que no exista", opina. "Pero deberían buscarse soluciones imaginativas, adaptadas a la situación", apunta. Propone, por ejemplo, que en el caso de la segunda vivienda, la deducción sea aplazada. Es decir, que quien compre ahora, reciba la devolución por parte del Estado en 2014. "Así no pesaría ahora al déficit", razona. ¿Y si dentro de tres años está peor? "Es imposible que esté peor que ahora", zanja.

También pide "soluciones imaginativas" el sector inmobiliario, que ve con muy buenos ojos la vuelta a los incentivos fiscales. "Todo lo que sean herramientas para impulsar el mercado nos parecen bien", señala Ángel Serrano, director general de negocio en la consultora inmobiliaria Aguirre Newman. Sin embargo, añade, no solo de deducción fiscal vive el ladrillo. "La compra de la vivienda adolece de falta de financiación, de ausencia de inversión extranjera, y sobre todo, de confianza en el entorno", enumera. El miedo a perder el empleo y no poder hacer frente a la hipoteca es lo que más lastra las ventas, según el consultor.

¿Entonces la desgravación no cuenta? Ante la inminente desaparición de la misma, las ventas de vivienda se dispararon a finales de 2010 hasta un 60%. Justo antes de la subida del IVA de junio del pasado año, también crecieron puntualmente hasta un 50%. "Pero las ventas no se impulsaron, sino que se aceleraron. Eran compradores que ya tenían intención de adquirir una vivienda, y tomaron la decisión más deprisa", reconoce el director general de negocio de Aguirre Newman. Coincide en el diagnóstico Nicolás Llari de Sangenís, director general del área residencial de la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis. "El problema es que en muchas zonas todavía queda recorrido a la baja en cuestión de precios, por eso el fin de los incentivos no se notó tanto. Algunos hicieron cuentas y vieron que, en ciudades concretas, lo que se ahorraban gracias a la deducción no compensaba con lo que podrían ahorrar si esperaban precios más bajos", justifica.

Aun así, ambos defienden la vuelta a los incentivos, porque aseguran que con la enorme oferta de pisos vacíos los precios no se verán afectados. "Pero lo que hace falta es un trabajo más profundo. Debería crearse una mesa de trabajo en la que participe el sector, la banca y los políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, para buscar soluciones. Lo que está claro, es que hacen falta más ideas", pide Serrano.


* El País - CRISTINA DELGADO 19/08/2011
Foto: Aznar cambió el sistema de deducciones por la compra de vivienda e impuso un tope.- G. CORDERO - elpais

8 comentarios :

Pedro.P.d.V dijo...

¡Es increíble¡ cuando no obsceno, el que el PP por razones puramente electoralistas se propone resucitar estas desgravaciones, cuando la realidad es que los pisos en venta de segunda y de estreno siguen a unos precios asombrosamente altos con mas de 1.000.000 nuevos sin vender ¡ Como se atreven...¡ , como si nada hubiera cambiado en la economía mundial, especialmente en el crédito y en el "ladrillo a la española" consecuencia directa del paro galopante en nuestro país Y, ojo, se pretende resucitar la nefasta Ley del Suelo de Aznar. Europa, si quiere sobrevivir, tienen que replantearse nuevas propuestas si se propone supervivir como entidad supranacional...El AVISO ya está ahí: el AKELARRE del despilfarro se acabó...y ojo que los Fondos de Cohesión y Estructurales van a dejar de ser el comodín de gobiernos manirrotos...


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Graco dijo...

El art. 47 de la Constitución habla del derecho al "disfrute" de la vivienda, no del derecho a la "propiedad" de la misma. Una política de alquiler a rentas bajas que son los que la necesitan y menos tirar el dinero para beneficiar el acumular patrimonio por los de siempre. Desde hace décadas hay estudios económicos y fiscales que prueban que esas desgravaciones pasan directamente al incremento del precio, es decir, al constructor y al banco que hipoteca. NO CON MIS IMPUESTOS.


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a bajarse del burro toca dijo...

Las desgravaciones a la compra son una transferencia neta de recursos públicos hacia los vendedores, que repercuten esa desgravación en el precio. Los precios se calculan con el máximo que una familia de 2 sueldos puede pagar, y no tienen nada que ver con el coste de construcción. Ha costado años, años, años, que alguien haya eliminado por fin esa desgravación que desequilibra la decisión a favor de la compra, recordemos que tenemos un sector absolutamente anómalo en el contexto de Europa, con un una tasa de alquiler del 11% mientras en Europa es del 45%. Hay mucho camino a recorrer para normalizar el sector, y el paso nº1 es que TODOS nos bajemos del burro y bajemos los precios, también usted.


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mosca dijo...

Solo existe un modo de reactivar el sector inmobiliario ,y que conste que hablamos de reactivar un sector ,pero en ningún caso volver a la situación anterior que es la que nos ha metido en este lío,mas que le pese a muchos.Pues solo existe una manera y es:asumir perdidas...no hay otra.Los bancos deben asumir perdidas,las promotoras deben asumir perdidas,los constructores deben asumir perdidas del mismo modo que los inversores particulares de estos últimos años deben asumir perdidas.Esta es la única manera de salir de la crisis inmobiliaria.De momento los únicos que asumen perdidas son los que compraron una casa (para vivir)sobrevalorada y que van a pasarse pagando el error 30 años.Si los demás no asumen también sus perdidas y sus errores y pretenden repetir el modelo nos dirigiremos directamente a un abismo del que no saldremos en un siglo,pero a muchos parece que les da igual,ya que como ellos son mas listo seguro que la próxima no les pilla......eso me suena


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Sin nuestros votos no son nada dijo...

Compañeros, tenemos un problema muy serio con la calidad técnica y humana de los políticos a los que elegimos. Escuchemos las locuras que proponen, como esta, que consisten casi todas en despojar a los ciudadanos de derechos básicos mientras se favorece el nepotismo en lo público y la acumulación a lo bestia en lo privado. Nadie pide responsabilidades por la mala gestión bancaria, ni siquiera en las cajas, que han tenido gestión prácticamente pública. Ningún político propone nada cercano al ejercicio del Derecho al disfrute de una vivienda digna (art.47 Constitución), sino el modelo depredador inmobiliario que ya conocemos. ¿Por qué les votamos? Sin nuestro voto no son nada.


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mosca dijo...

El precio medio del metro cuadrado construido esta por los 1000 euros,en los apartamentos es menor. Si el precio adecuado estaba en los 1370 euros eso implica un beneficio neto a la promotora,constructora o inversor del 30% por metro cuadrado vendido.tal como esta la cosa ahora mismo (2178 euros por metro) el beneficio esta en el 70% y estamos hablando claro esta de vivienda de nueva construcción en todos los caso,los pisos de segunda mano seria otra historia y muchísimo mas escandalosa . ¿Alguien puede defender este modelo?


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carlos dijo...

No creo que haya que favorecer la compra de vivienda, ni creo imprescindible que todo el mundo tenga que tener una en propiedad, aunque ese sea un objetivo muy común aquí. Hay que favorecer los alquileres, a precios razonables, eso sí, que no te cueste un alquiler como una hipoteca, y desgravar los alquileres, no las hipotecas, para que solamente compre quien de verdad pueda permitírselo, y no entrampar a todo el mundo hasta las cejas para toda la vida con una hipoteca.


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Marta dijo...

Está claro que este país no tiene ninguna intención de salir del modelo económico de siempre, ladrillo y turismo barato. No hay forma, ni una gran crisis, ni una millonada de parados sirve para hacer que cambie la mentalidad y que intentemos ser un país desarrollado industrial, científica y tecnológicamente, y luego nos metemos con franceses y alemanes por lo mal que nos tratan y queremos las mismas prestaciones públicas que en Noruega o Suecia cuando aquí solo funciona la economía sumergida, el dinero rápido a través de pelotazos urbanístimos o de otra índole, el fraude y la evasión fiscal. No apredendemos, tropezaremos mil veces contra la misma piedra, o mejor dicho contra el mismo ladrillo. Que desesperanza!!!


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